Hace más de veinte años un par de amigos, un par de hermanos y una caja de ritmos luchaban en una nueva escena del rock en español que le negaba la entrada a una banda que no tenía del todo rock pero tampoco del todo folclore.
Tocadas en las áreas aledañas de Cd. Satélite, fiestas de madrugada y demás, los llevaron poco a poco al gusto de la gente, que consagraría y acogería en poco tiempo al mejor café de todo México.
Producido por el maestro Gustavo Santaolalla, el Re, nombrado así por la segunda nota musical y ser la segunda producción de la banda, no solo los colocó en un lugar privilegiado en la escena mexicana, lograron alcanzar la internacionalidad y consagrar el material como uno de los más importantes en la historia de la música latinoamericana.
La banda encabezada por Rubén Isaac Albarrán Ortega, mejor conocido en 1994 como Cosme, experimentó a contracorriente con los sonidos que a la gente le parecían más extraños, el Re tiene punk, balada, banda, corrido y hasta son jarocho. Aquí por primera vez colaboraría Alejandro Flores “El Profesor Holocausto” con la jarana y el violín.
Las bonitas páginas musicales del Tacvba tomaron distintos caminos haciendo de algunos temas iconos de la banda. Canciones como “La Ingrata” y “El Baile y el Salón”, las más populares: no hay una sola fiesta en la que no suene y se arme el slam de magnitudes pequeñas y medianas con “La Ingrata”, ni concierto de Café Tacvba” en el que la gente coré al más puro estilo de las hinchadas argentinas el legendario “paparupapa eu eo”. Por otro lado se encuentran “La Pinta” y las dos canciones que en unión forman la historia de “Pez” y “Verde”. De estas últimas dos, también sería una de las características más notables en la cración de los tacvbos ya que esta unión de dos canciones en una sola historia se repite en producciones posteriores. Otra de las canciones más recordadas es "Esa Noche" una canción que Café Tacvba dedicó a Chavela Vargas y que se ganó el reconocimiento de la gran cantautora, quien los nombró la gran apuesta de las nuevas generaciones con sonido muy latino y subversivo.
El Tacvbo vive la Ciudad de México a través de una mezcla entre concheros sudorosos que de fondo tienen una iglesia en el centro de la metrópoli adornada en sus barreras por desempleados y niños que juegan entre tristezas y tamborazos, el chaca y el fresa, el sateluco y el de tepito. Los grafiteros en el mismo párrafo donde se escribe la historia del policía gandalla. Todo relatado con la voz de un incómodo pregonero andrógino, y melancolía naive de la melódica. El contrabajo y la guitarra. Como en 1994 o en 2014, llega el Café Tacvba para que todo mundo le meta al taconazo como se debe.