Por más que las evitemos y destruyamos, las cucarachas siempre estarán ahí, ya sea después de un ataque nuclear o después de aplicar insecticida en cada rincón de la casa. No sabemos cómo ni cuándo, las cucarachas simplemente están ahí y para muestra la noche del sábado. El teatro Metropólitan fue testigo del festejo a los hijos mayores de estos insectos: La Cuca.
Los encargados de abrir el telón fueron los muchachos de Machingon, una banda nacida en Guadalajara, que aprovecho su estadía en el D.F. para presentar algunas canciones al ritmo de su guapacha pagûer. Pero el verdadero festejo empezó cuando Nacho “El Implacable”, Carlos Avilez y, el nuevo integrante, Alex Otaola tocaron las primeras notas de La Venganza de Cucamonga y con la salida de José Fors la primera canción de la noche fue la “Pucha asesina”.
El cuarteto presentó canciones de toda su discografía. Era un viaje en el tiempo que nos llevaba a aquel lejano 1992 con “Que chingaos”, pasaba por el ’97 con canciones como “Tu flor” y llegaba a este 2015 con lo más reciente, apenas presentado en vivo en el pasado Vive Latino, “Arre Lulú”.
Este festejo de 25 años, tuvo una característica diferente, no contó con la alineación original, ya que tras la salida de Galo Ochoa, el guitarrista que salió al quite fue Alex Otaola y a pesar de haber perdido una pieza importante, Cuca también ganó un gran talento. Durante esta presentación la banda mostró un sonido distinto, por momentos más experimental con grandes solos y efectos.
No podía ser de otra forma, el sábado en el Metropólitan fue una noche Sold Out con rock de verdad, no faltaron clásicos como “Cara de pizza”, “Hijo del lechero”, “Hombre de la mancha (Tus piernas)” y las memorables “El son del dolor” y “La balada”. Además, la Cuca tuvo algunos invitados: Elis Paprika, Iraida Noriega, Arturo Tranquilino y Descartes a Kant.
La Cuca es la banda de rock mexicana que rinde honor a su nombre en toda la extensión de la palabra, no sabemos cómo ni cuándo, pero esta agrupación siempre está ahí, por más que las notas dulces del pop nos ataquen, ellos siempre están. No importa cuanto tiempo tarden en sacar un nuevo disco, sabemos que siempre estará lleno de buen rock con presentaciones en vivo no aptas para oídos sensibles.