Un reclamo silencioso a la memoria: "Azul de Prusia" Yishai Jusidman en el MUAC
Por Beatriz Parra (@betymenta)
En un día sin nubes, cuando las variantes rojizas de los últimos rayos del sol desaparecen, por unos instantes, el cielo se cubre de un azul atmosférico que antecede a la obscuridad de la noche; este, es el azul que predomina en los cuadros, que representan paisajes naturales, cercanos a las ruinas de los campos de concentración alemanes.
Birkenau. 2014. Acrílico sobre lienzo
Previo a ellos, Jusidman ya había comenzado a pintar este tema: las cámaras de gas en las que murieron millones de personas en el Holocausto. Al abrirse las puertas de la primera sala, encontramos una pequeña cronología ilustrada con fotos que documentan los sitios que visitó el pintor, y a su lado, una explicación congruente de la limitada paleta que decidió utilizar para la serie de cuadros que a continuación se exponen.
Van (fragmento). 2010. Acrílico sobre tabla
“La evocación de dolor de mis pinturas se sustenta tanto en su presencia como en lo que representan” Yishai Jusidman.
Los temas dentro del arte nunca deben ser gratuitos y esta muestra no es la excepción: el motivo, un pesticida utilizado en el pasado por los nazis como instrumento de su genocidio, dejó huellas en el lugar que lo resguardó por años y en ellas, nació un pigmento conocido como azul de Prusia; un azul similar a las profundidades del mar, un azul que sigilosamente da voz a las víctimas de la segunda guerra mundial. Con este azul, Yishai pinta en sus cuadros los interiores vacíos de las cámaras de gas y algunos campos de concentración. La labor del pintor suele ser un acto silencioso, y la pintura monocromática lo es aún más. Cuando se logra una conexión entre el tema y la pintura misma, los resultados suelen ser muy valiosos.
Como punto de transición en el recorrido; tal como las fichas técnicas lo indican, los trapos sobre los que el pintor descargó varias veces el pincel son montados para exponerse; concluyo que la razón de esto es el interés por enmarcar la memoria, en esta ocasión del proceso pictórico que inició en 2010 y terminó en 2015.
Epílogo manchas (fragmentos). 2013-2014. Acrílico y óleo sobre algodón
Hacia el final del recorrido la pintura abstracta se hace presente: cuadros que sobrepasan los dos metros de longitud, completamente obscuros, trabajados con varias capas del color protagonista de la historia, componen la última sala a manera de memorial. La totalidad que nos regala un cuadro de esta magnitud es comparable a la solemnidad con que se enfrenta la muerte de tantas personas en un exterminio.
Azul de Prusia (fragmento) 2014-2015. Óleo y acrílico sobre lienzo
Asegurar el recuerdo de aniquilaciones humanas de esta dimensión, es primordial en una época en la que todo se ha vuelto fugaz; la cifra de muertos en el Holocausto se contabiliza en millones, la cifra de muertos en nuestro país durante los últimos años es de miles; la diferencia numérica no debe importar, ambos datos nunca deben ser olvidados. El arte, nos permite hacer manifestaciones de este tipo; a lo largo de su historia, la pintura lo ha hecho de manera discreta, y esta exposición es un ejemplo, uno que se suma a la necesidad artística de enunciar un disgusto y reivindicar un recuerdo.
Azul de Prusia se exhibe actualmente en las Salas 7 y 8 del MUAC, ubicado en el Centro Cultural Universitario al sur de la Ciudad de México, y estará ahí hasta Febrero del 2017 para ser visitada.