Por Melissa Fuentes
Qué divertido es cuando pasas tu cumpleaños haciendo algo que realmente te gusta. Para Chaz Bundick, su aniversario 29 –si es que lo recuerda cuando llegue a viejo– quedará plasmado como una noche coqueta donde mostró un abanico de música proveniente de sus cinco álbumes, y hasta se llevó a casa algunos regalos cumpleañeros.
Faltaban aún cuatro horas para el concierto y los fanáticos ya hacían fila afuera del SALA. Una decena incluso eligió para ese día traer la camiseta con el logo amartelado de la banda, con lo cual demostraban su amor por Toro y Moi.
Una vez terminada la presentación de Salón Acapulco (un tanto monótona –a decir verdad– a pesar de haber sido cumbia electrónica), al fin salieron los cinco de Toro y Moi al frente y, entre humo morado, dibujaron su silueta sobre el escenario. Uno de ellos, el mismo Chaz –con lentes à la Lennon–, tocó la primera nota y así fue como Toro y Moi comenzó una nueva presentación tras haber tocado en 2013 en el Ceremonia, y su tercera en el país (tocó en Mutek 2010).
La canción abridora fue “Half Dome”: Andy Woodward en la batería dio inició a “Buffalo”, una de las mejores canciones de su nuevo álbum What For?. Para sorpresa de la banda, el público tuvo un bonito detalle y espontáneamente le cantaron las mañanitas a Chaz dibujando en él una gran sonrisa. La noche siguió con varias de sus grandes canciones, entre ellas “Talamak”, “Still Sound” y “Lilly”, en la cual los asistentes cantaron a todo, como si ellos mismos quisieran salvar a la propia Lilly.
Entre una gama de luces anaranjadas, con juegos de sintetizadores y funky beats tocaron “High Living” (una de las canciones favoritas de quien aquí escribe). En el repertorio también se incluyó el momento romántico y nostálgico con “Cola” de su álbum Anything in Return. “Run Baby Run” y “What You Want” crearon una atmósfera llena de colores (tal como sus videos) y sonrisas que se formaban en el público. Mención aparte a unos de los chicos entre el público que bailaba muy peculiar (con un sway muy groovy), al grado tal que llamó la atención incluso entre los propios músicos, quienes lo incitaban a seguir bailando. Al terminar la noche tocaron uno de los temas más esperados, “Say That”, que tiene una distinguible voz femenina (que soltó desde su controlador en el teclado, claro).
Toro y Moi se despidió con “Empty Nesters”, la cual dejó al público lleno de emociones, con un concierto que seguramente jamás podrán olvidar.
En el Instagram de Chaz, él agradeció la generosidad de su público en México y puso la foto de una flor que le regalaron ~_^