Toques de invierno y melancolía musical
Luego de su presentación en el Vive Latino 2019, Snow Patrol hizo otra presentación más en la CDMX para quienes no pudieron ver a la banda de rock originaria de Irlanda del Norte y Escocia.
La agrupación fue al Plaza Condesa ayer, lunes 18 de marzo, para dar un concierto más íntimo a su público, aquellos que pagaron un boleto para verlos específicamente a ellos.
Con un cuarto de hora de retraso, John McDaid –bajista– cruzó el oscuro escenario y se colocó en el extremo izquierdo, seguido por Gary Lightbody –vocalista y segunda guitarra– y Nathan Connolly –primer guitarra, que se colocaron al centro y a la derecha respectivamente. Con Jonny Quinn en la batería y Paul Wilson en el teclado, en la parte trasera del escenario, comenzaron a tocar. Abrieron con “Take Back the City”, “Chocolate” y “Crack the Shutters”.
Al término de estas primeras canciones saludaron al público, reconociendo, como hacen los artistas al visitar esta ciudad una y otra vez, que les encanta el público chilango. Otro cliché, comentó los estragos que la altura genera a su respiración. Su siguiente canción fue “Empress”, del álbum Wildness, lanzado en mayo del 2018. Al instante se notó un cambio en el público: la mayoría entre 20 y 35 años, no están en sintonía con el material más nuevo de la banda y la emoción inicial decrece. Pero con “Don’t Give In”, esa sensación dio vuelta; es una de las canciones más pegajosas del nuevo álbum, que tiene un coro muy sencillo y deja lucir las segundas voces que ejecutan McDaid, Wilson y Connolly a la vez.
El concierto se vuelve una montaña rusa: con “Open Your Eyes” y “Run”, superan el bache, pero luego vuelven a caer con “You Could Be Happy” y “Life On Earth”. El cantante hizo saber al público que le había tomado cinco años escribir esta última canción, por lo que el álbum se retrasó del 2016 al 2018. Al tocarla, se golpea el pecho al ritmo de la batería de Quinn, parece significar más para él que muchas otras de las canciones que están en el setlist. Con “Shut Your Eyes” recuperan el canto del público y la emoción llega a un clímax con “Called Out in the Dark”: el público canta, grita y brinca a las órdenes de Lightbody.
Antes del encore, el frontman comenta que tocarán “Heal Me”, su canción favorita, también de Wildness. Con “Chasing Cars”, se hace evidente algo que empezaba a notarse con cada añejo éxito: mientras más nostálgica la canción, más celulares se levantan a grabar. Lanzaron plumillas y baquetas en su camino a la pierna del escenario y, delatando el obvio regreso, consolaron a alguien que no recibiá nada diciéndole que ahora volvían con más cosas.
A su vuelta, Lightbody le entregó una chamarra y se colocó, con la única compañía de Wilson –el tecladista–, ante el micrófono. Mientras tocaban la lenta y silenciosa melodía de “What If This Is All The Love You Ever Get?” el público aprovechó para pedir matrimonio a ambos, rogarles por hijos y hacer otras bromas.
Conforme se acercaba el final de la canción, todos se dejaron invadir por la melancolía del piano y la letra solitarios. Cerraron un buen concierto con “Just Say Yes”, pero al hacerlo evidenciaron que el grupo ya no se considera a sí mismo relevante. De haber concluido con la canción anterior, emocionalmente potente, compuesta de manera simple y minimalista, sería un reto al público para actualizarse. Pero no, de manera aburrida, se decantaron por otro éxito de hace una década.
Fotos por: Iñaki Malvido