Oct 29

Oct 29 Toma 7: El balance final de un año especial en el FICM

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Termina una nueva edición del Festival de Cine de Morelia y, más allá de hacer una simple lista que enumere los premios de su palmarés, lo que se antoja es proponer una reflexión sobre las razones de su éxito y su sólido posicionamiento en el concierto de eventos fílmicos del continente y el mundo.

En un año especialmente complicado para el cine y la cultura en nuestro país, marcado por fuertes recortes de presupuesto gubernamental que amenazan con endurecerse en el futuro, Morelia ha sorteado con inteligencia la tormenta -con todo y las inevitables afectaciones y cambios que una menor cantidad de recursos económicos implica para una empresa de tal embergadura-.
Más allá de las evidentes limitaciones materiales, el festival volvió a demostrar su músculo y buenas relaciones con la presencia de figuras globales de la talla de Luc Dardenne, Rosalie Varda, Robert Redford, Willem Dafoe, James Ivory, Ciro Guerra o J.M Coetzee, que atrajeron a un público local, y de diferentes zonas del país, que apartó en su agenda una vez mas la semana para darse un atracón de cine durante el festival.

Sin embargo, por encima de los invitados y las alfombras rojas, el gran éxito de Morelia continúa recayendo en la calidad de su concurso y en el prestigio de su jurado.

En la rigurosa composición de su programación y en el hecho de que las jóvenes directoras y los cineastas nóbeles del país apuesten a estar en su selección oficial como primera elección para sus trabajos.

De esto parece estar construida una reputación que este año premió a realizadores como Fernando Frías, Marcela Arteaga, Joshua Gil, Daniela Alatorre o Sergio Morkin quienes con sus triunfos escribieron su nombre en la historia de un evento que ha reconocido en el pasado a nombres de la talla de Elisa Miller, Amat Escalante, Natalia Beristain, Rigoberto Pérezcano, Lila Avilés o Alonso Ruizpalacios.

Así, siguiendo los pasos de cintas como Presunto culpable, Bellas de noche, Ayer maravilla fuí o El premio, se sumaron en días pasados títulos como Ya no estoy aquí, El guardían de la memoria, Mano de obra o Sanctorum al selecto grupo de proyectos que tuvieron en Morelia el trampolín que los catapultó a ganar premios y alcanzar públicos dentro y fuera de México.

Sin ningún lugar a duda, y mas allá de que las proyecciones de la décimo séptima edición del festival hayan concluido, es seguro que seguiremos escuchando y leyendo mucho sobre las y los ganadores de este año en la capital Michoacana.