“I just need music to stay alive for me to remain excited about it. So for people that missed us before or only heard stories about our shows back then, this is a chance for them to finally experience that”. Jesse F. Keeler bajista de DFA 1979
Death From Above 1979 dejó un vacío sonoro durante 10 años. Durante sus cinco años de ausencia (2006-2011) ninguna banda podría crear canciones como “Romantic Rights” y “Pull Out”: éxitos pop gracias a coros contagiosos, pero con una compleja y ascendente composición. El vocalista-baterista Sebastian Grainger y el bajista Jesse F. Keeler se convirtieron en una pareja infranqueable.
Los canadienses se volvieron un culto basado en sus cabezas de elefante que han estado presentes en el arte de sus producciones, y su disco debut You’re a Woman, I’m a Machine (Vice Records, 2004). Su música divaga entre el garage rústico y un tácito toque dance gracias al vibrato de Sebastien Grainger. Sonidos que golpean directo en la masa encefálica, creando un apareamiento de sensaciones que genera headbanging intenso o un deseo inocuo de baile sin prejuicios. El dúo se enfrasca en una conversación con los aspectos más primitivos del hombre: el ritmo de la batería muestra cuchillas que marcan instantes y las líneas de bajo se presentan salvajes e indomables.
The Physical World (Last Gang Records) mantiene un vínculo primitivo con el pasado, pero a primera vista se puede percibir un añejamiento melódico. Para el bajista Jesse F. Keeler, el reto del álbum radica en la prolongada ausencia y la mitificación del público: “La banda continuó existiendo en nuestra ausencia, eso nos sorprendió cuando nos reunimos. Éramos humildes por eso. Esto creó una situación donde DFA existía una tercera persona entre los dos, como un niño. Éramos arquitectos, habíamos creado un edificio hace 10 años, y cuando regresamos había gente viviendo en él”.(Stereogum)
Para luchar con esta pared imaginaria reclutaron a Dave Sardy como productor, el chico de Brooklyn que se especializa en componer para el mundo cinematográfico, y ha producido a Oasis, Wolfmother, y LCD Soundsystem. Death From Above 1979 ya no es parte de las ligas menores. Ahora su cuerpo presenta más calorías y tiene que hacerse cargo de una familia. La decisión de tomar a Sardy como productor fue sabia debido a que se escucha un sonido más amarrado, y los fatalismos de juventud han desaparecido. Por ese motivo utilizar como portada las tradicionales cabezas de paquidermo, y la exteriorización de un paisaje urbano provee un afirmación estética: la adolescencia se ufana y pierde. No existen medios para detener el crecimiento.
Los dos sencillos de The Physical World ejemplifican este fenómeno. “Trainwreck 1979” cuenta con una clara veta pop: estribillo febril y sumamente pegajoso reminiscencias del trabajo solista de Grainger. Por otro lado, “Government Trash” transpira rabia; ahora el atributo principal recae en el bajo y la lírica retoma la lucha juvenil contra el gobierno: “Well you can’t say nothin’/ We’re doin’ right/ Cause the government trash/ Will give me up all night”.
Sin duda los momentos más clarividentes de este mundo físico se encuentran en “Right On, Frankenstein” y “Always On”. La primera define la nueva temática de los canadienses: “All my life I’ve waitin’ for you/ Not waitin’ to find out/Nothings’s new/It’s the same old song/Just a different tune” y cuenta con una hecatombe musical aderezada por un grand finale de bajo. “Always on” llanamente sintetiza la carrera de DFA: rápido, potente y contagioso. Una canción que retoma resonancias de “Turn It Out” o “Dead Womb” de su primer ep Heads Up (Ache Records, 2002)
¿The Physical World cumple las expectativas generadas de antaño? Sí. Death From Above 1979 cumple el hype, pero también crea un sonido más universal. Ahora resulta difícil ser una persona a la que no le retumbe la caja torácica y la cabeza con la música de Grainger y Keller. El único error fue esperar tanto tiempo, pues algunos momentos vitalicios del disco se sienten rancios (“Virgins”, “Crystal Ball” y “Nothin’ Left” ). El nacimiento de las canciones tendría sentido hace un década, pero ahora sólo se fragmenta el polvo en su eco. Ninguna máquina del tiempo es perfecta.
El disco físico del extracto lo pueden encontrar en la Roma Records, que se encuentra en Álvaro Obregón 200, Colonia Roma. Para más información visiten su sitio web: laromarecords.com