El sábado 11 de febrero, se presentaron The KVB y Human Tetris en el Foro Indierocks, como parte de una gira en donde estrenaron en México sus más recientes producciones, Of Desire y River, Pt. 1 , respectivamente. Recuerdo cuando en México la oferta de conciertos era escasa (por no decir casi nula). Hace menos de diez años si había suerte una vez al año venía una banda grande que vendía todos los boletos en minutos. La preocupación de no conseguir boletos era algo real, era imposible saber hasta cuando iba a regresar la banda que tanto querías ver y conseguir un pase para escucharlos en vivo era una misión que pocos podían cumplir.
Fue a principios de esta década cuando esto cambió, gradualmente la escena comenzó a crecer, paso de un concierto importante al año a uno cada 4 meses, a uno cada dos meses, hasta llegar a casi dos cada mes. Aunque al principio esto me pareció una bendición, poco a poco surgieron los males de cualquier actividad que se pone de moda.
Como cualquier moda este fenómeno llegó a un punto máximo solo para alcanzar su inevitable caída. La presentación de The KVB y Human Tetris en el Foro Indierocks! es una prueba de ello, dos bandas de países muy diferentes (de Inglaterra y Rusia respectivamente) que seguramente de no ser por las estadísticas que muestra Spotify jamás habían visitado nuestro país, ya que juntas apenas llegan a las 30 mil reproducciones mensuales siendo la mayoría de la Ciudad de México.
Ese público legendario que se entregaba de lleno a la banda fue el que tuvo presencia esa noche, poco importó que la calidad del sonido no fuera la ideal, que Human Tetris tuviera que repetir una canción dos veces por fallas técnicas o que el micrófono de Nicholas Wood apenas dejara escuchar su voz, durante las tres horas que tocaron ambas bandas la gente nunca paró de cantar y pedir a gritos sus canciones favoritas.
El rostro de los músicos reflejaba una sonrisa nerviosa, que simultáneamente reveló la sorpresa y felicidad de encontrar gente al otro lado del mundo que coree tus canciones de inicio a fin y que al momento de anunciar la última canción pida siempre una más. Quiero creer que estas bandas regresarán a México cada que estrenen nuevo material, que la calidez del público les hizo descubrir en esta ciudad su segundo hogar y que los conciertos en la Ciudad de México no dejarán de ser la comunión única que solo se da entre aquellos que cada que se ponen los audífonos para escuchar sus canciones favoritas no pueden dejar de imaginarse cómo será escucharlas en vivo.