Crónicas bajo cero. Día uno en la Berlinale 2017.

Cuarenta años después de ganar el oso de plata por el premio especial del jurado en la Berlinale Felipe Cazals regresa a este festival con la misma película: Canoa. La única diferencia, además de las cuatro décadas que han pasado, es que lo que se proyectó ayer por estas frías tierras es una versión restaurada por el IMCINE y Criterion Colection y que la cinta es ahora parte de la sección de clásicos del evento.

Bueno, la verdad es que si hay otras cosas distintas por estos lares como el prestigio de un certamen que llega a su edición 67 y la coyuntura política en la que se encuentra el mundo. Mientras en esta ciudad se derrumbó hace años el muro más famoso de la historia moderna en la frontera norte de nuestro país Trump planea levantar uno más grande e infranqueable.

De política y mucho más se trata esta Berlinale que, celebrando la relación de México y Alemania y justo para hacer patente el famoso año dual entre las dos naciones, invitó a los cineastas mexicanos a ser parte del país en foco dentro de su prestigioso mercado. Algo que sucede por primera vez en la historia de una de las citas fílmicas más importantes del calendario de festivales.

De eso y mas les cuento durante toda la semana desde una de los eventos fílmicos más importantes del mundo. Acompáñenme en el viaje.

Saludos bajo cero.

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