La obra transgresora en fraseo y sonido de The Bug

La obra transgresora en fraseo y sonido de The Bug

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La música puede asumirse como un diálogo constante, entre el autor y quién decodifica la información vertida en armonías. De ahí puede entenderse como un universo, como una supernova constante, pues de alguna manera alberga sus propios códigos, su propio lenguaje, sus propios demonios y deidades. Por un lado esto se desliga de la inmersión sónica a la que estamos expuestos, pero también por el choque y movimiento constante dentro de su propio campo gravitacional. Es decir, algunas estrellas viajan a otro lado, otras permanecen aparentemente inertes, mientras que otras ni siquiera han emergido aún.

La semana pasada Rainford Huge, conocido como Lee “Scratch” Perry, fue una de las estrellas que partió a otro lado, un ser del que Kevin Richard Martín, alías “The Bug”, tomó el devenir de la música afrocaribeña desarrollada en Reino Unido, como influencia seminal en su carrera. 

“En estos tiempos en los que el término genio se abusa masivamente, hoy el mundo perdió uno real, con la partida de Lee Perry (Descanse en paz). Tuve la suerte de entrevistarlo una vez, y cada oración que emitió tenía al menos tres niveles de significado. Un maestro, una gran influencia".

–The Bug

 

Dentro de toda esta vorágine, Kevin editó su quinto larga duración bajo el alias The BugFire, el primero en siete años, luego de editar la obra levitativa Angels & Devils, en 2014.

Cabe señalar que dentro de su discografía existen dos álbumes con crédito compartido, con Dis Fig, en “In Blue”, y con The Earth, en “Concrete Desert”.

Si bien la experimentación en el proyecto es una constante, esta se encuentra en las coordenadas del dubstep y el grimme, su lugar de efervescencia, presentes en Fire con atmósferas trituradoras y esquizoides.

Kevin se empeña en decir que su sonido se enfoca en la cinematografía. Lo que se refleja en la secuencia de imágenes de su nuevo material, que bien podrían situarse en paisajes oscuros, dentro de un drama distópico, ardiendo bajo el fuego tonal propuesto por el programador de King Midas Sound.

Este LP carga con el alma del confinamiento por la pandemia por COVID-19, y puede asimilarse desde esa arista, mientras hace un abordaje al título desde el primer segundo. “The Four Day” es un spoken word muy sutil y enérgico, en donde los límites entre la ficción y la realidad se cuestionan debido a la pandemia. Es recitada por el dub poet y ganador del T.S. Elliot Prize, Roger Robinson.

El montaje cinematográfico inicia auxiliado por la sinestesia del segundo track del disco, “Pressure”, desliga en ansiedad gracias al sintetizador que genera una tonalidad afectiva lúgubre. A su vez, Flowdan encuentra en la estructura musical una base sobre la cual puede figurar su enunciación, en este caso para derrocar a babylon con letras referentes a Rasta, mismo que no se refleja como un ente externo, sino espiritual.

Ninguno de los tracks deja espacio para la interpretación. Es decir, en “Fire” no existen piezas instrumentales; todas las composiciones contienen una postura textual y frontal, gracias a la lírica de los MC´s, que son brillantes y juegan en las ligas mayores del grimme actual, en buena parte del Reino Unido. 

Flowdan, Nazamba, Logan o Daddy Freddy, quienes colaboraron en Fire, ejercen su uso vocal trepidante con posturas políticas, alineadas al actualismo social, recitadas con una potencia métrica. Además, la voz de Moor Mother (única MC) enuncia el sentimiento desenfadado de enunciar lo que aqueja al espíritu en “Vexed”; mientras que “Ganja Baby” retoma la declaración del uso meditativo de la yerba y su asunción meditativa como sustancia en esta pandemia. Este poderoso anarco-dancehall es fraseado por el “king” Daddy Freddy.

Fire se teje como una obra transgresora en dos vertientes. El primero alude a sus letras, las cuales reflejan situacionalmente tiempos desafiantes, inciertos y cuyo planteamiento ronda la idea de apocalipsis. Hay que decir que Richard atravesó el confinamiento como padre de familia, lo que de alguna manera puede dictaminar un discurso de seriedad sobre el disco, lo cual se puede apreciar en “War”, al lado de Nazamba, otro poeta de la confianza de Martin; o en “How bout dat”, con FFSYTHO.

El otro punto que transgrede en Fire es el sonido, el cual preserva atmósferas densas, difusas y quizás difíciles de digerir; lo que puede generar imágenes mono-climáticas. El punto más importante a destacar en su producción es que este álbum se declara con un sonido profundo, esquizoide y lleno de subsónico, con ello se puede decir que Kevin Richard Martin ha consolidado su propio sonido, con todo lo bueno y malo que eso pueda atraer.

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