"I was ostracised from the music community when I was 21 (on marrying Barbra Cooke, Sam Cooke's widow). I feel like after 45 years Damon has welcomed me back in."
Bobby Womack
“Lady you shot me”, fueron las últimas palabras que logró pronunciar Sam Cooke, encuerado, después de que la manager del Hacienda Motel le metiera un plomazo en un costado. Cuatro meses más tarde, Bobby Womack se casó con la viuda de quien fue su promotor desde The Valentinos (la versión gospel sesentera de los Jackson Five), con lo que pactó un brusco detenimiento en su carrera, sumado a un abuso de drogas.
Dieciocho años pasaron desde la producción de su último material original, Resurrection, para que Bobby Womack se volviera a poner de pie con la ayuda de Damon Albarn y Richard Russell (dueño y productor de XL Recordings).
En el 2010 Albarn le pidió ayuda a Womack para colaborar en el Plastic Beach, y le dejó cantar lo que quisiera para “Stylo”. Experimentar con un género distinto al acostumbrado frustró un poco a Womack, pero fue lo que le abrió la oportunidad de lograr sonidos nuevos –y es justo esto lo que provocó que The Bravest Man in the Universe llegara a ser tan diferente de sus 26 materiales anteriores– y a que brincara hacia una evolución del R&B con atmósferas albarnianas.
Otra cosa importante que se nota en el álbum es la impecable producción de Russell, quien desempolvó de igual manera a Gil Scott-Heron con el I’m New Here.
La grabación se hizo en el Studio 13, perteneciente a Damon Albarn; y una de las características que lo diferencia de otros estudios de grabación es que éste pretende ser un lugar más acogedor, repleto de objetos curiosos que puedan entretener al que sufra de aburrición o necesite distracción.
Dentro del disco se puede escuchar un fuerte sentimiento de arrepentimiento y dolor mezclado con esperanza. La potente voz de soul característica de Bobby logra imprimir la personalidad de este hombre, sin alejarlo de la simpatía. La portada del disco es una imagen que sutilmente podría desatar los nervios; es la mano de Bobby sobre un fondo rojo con el pulgar torcido sobre la parte trasera de la mano, hazaña no muy fácil de realizar.
La colaboración de Lana Del Rey en “Dayglo Reflection” promete un exitoso sencillo, y aunque habla de amor, por suerte, carece de los romanticismos melosos de un dueto, combinando la potente y rasposa voz de Womack con la cálida y aterciopelada voz de Del Rey.
“Deep River” es la canción más corta y simple: la voz sólo se acompaña de una guitarra acústica, lo que le aumenta melancolía. Mientras que “Love is Gonna Lift You Up” es mucho más bailable y elaborada; comienza con beats ascendentes, letras amorosas y remata con un coro pegajoso, el track más cercano al pop.
La otra colaboración corre por parte de la malí Fatoumata Diawara en “Nothin’ Can Save Ya”, cuya voz podría ser la versión femenina de Womack. Ambas voces se combinan de manera muy especial, como dos viejecillos que se conocen desde hace mucho tiempo y se cantan a distancia. Y si a esto se le suma el piano que hay de fondo y los amables beats, el resultado es una exquisita pieza musical.
Aquí, la frase “después de la tormenta viene la calma” es una falacia: un disco tranquilo y disfrutable culmina con una pieza que asemeja al final de una fiesta, en donde ya todos se encuentran en un estado que sobrepasa la madrugada. “Jubilee (Don’t Let Nobody Turn You Around)” le da la vuelta al disco completo a manera de celebración.
¿A qué se referirá el título que le da vida a este álbum?, ¿A la supervivencia de cáncer de colon?, ¿A uno que otro desamor?, ¿A superar las adicciones de drogas? Probablemente a todas esas preguntas. A fin de cuentas todos somos el hombre más valiente del universo, según lo que personalmente hayamos aventajado.