¿Tenemos una crisis de monstruos? Parte 2: El panorama actual

En la primera parte de este artículo hicimos un repaso de los dos puntos climáticos para los monstruos en el cine; ahora es necesario indagar en la manifestación moderna del género y ciertas tendencias que este presenta que han provocado un ausencia de referentes para nuestros disfraces de Halloween. Como mencionamos anteriormente, estamos viendo el salir del cine de vampiros y la vitalidad del género zombie (eso fue una broma), muestra de ello es que The Walking Dead estrenó un spin-off,  Fear the Walking Dead. Pero estos no son monstruos nuevos que le den una mirada fresca al género, corresponden a seres bien conocidos que incluso han llevado a que ya ni siquiera necesitemos una historia que nos diga de dónde salieron los vampiros o cómo comenzó la epidemia de zombies. Es triste pensar que incluso otros medios estén aportando mejores ideas para innovar la creación de nuevos monstruos, particularmente el internet y los videojuegos, que han desatado ideas aterradoras como Slender Man, y los animatronics/botargas asesinos de Five Nights At Freddys respectivamente.

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Five Night's At Freddy's

Otra tendencia es que Hollywood se ha concentrado en utilizar la fórmula exitosa de The Blair Witch Project (1999) (que a su vez le antecede Hannibal Holocaust de 1979) al popularizar la cámara de mano, como un excusa para mostrar poco y ahorrar dinero y tiempo en la producción. Y aunque hemos visto propuestas interesantes como Paranormal Activity (2007), su interminable número de secuelas le ha quitado mérito al igual que a otras de posesión como The Last Exorcism (2010) y The Devil Inside (2012). Estos últimos corresponden también a un cine enfocado en no mostrar a sus antagonistas, algo que sin duda puede ser útil, pero en este caso más bien se ha abusado de esta tendencia para no innovar y más bien aprovechar los miedos preexistentes de la audiencia. Guillermo del Toro, maestro en el uso de efectos prácticos para crear monstruos y quien estrena el 30 de octubre Crimson Peak, ha criticado esto:

La manera más fácil de asustar a alguien es con valores judeocristianos. Cuando hablas de que hay un espíritu maligno, la gente ya está pre-asustada por cientos de años de creencias. Me niego a hacer hacer eso, no lo he hecho en ninguna de mis películas.

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El Laberinto del Fauno (2006) de Guillermo del Toro

Sin duda, cintas como El Exorcista (1973) han utilizado bien esta temática, porque no sólo se produjo de manera magistral el miedo, sino que se elaboró una película de un nivel singular y cuya fuerza está en la película misma e indaga en cuestionamientos interesantes que previamente no se habían articulado de esa manera. No mostrar al monstruo es una manera inteligente de provocar miedo, la serie The Twilight Zone (1959-1964) sabía hacerlo maravillosamente, pero no cuando cae en lo que del Toro menciona, que es básicamente una pereza creativa.

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Si no mostrar al monstruo ha sido una tendencia fuerte, del otro lado del espectro tenemos una fuerte dependencia de violencia explícita, una que tal vez ha generado a un villano que sí podría pasar a la historia como un “monstruo” de culto: Jigsaw, el títere de la extensa franquicia de Saw (2004-2010). Este subgénero del gore, llamado también torture porn, involucra películas como Hostal I, II y su tercera entrega directo a video (2005, 2007 y 2011), que nos alejan de los monstruos, de ese lado fantástico para más bien intrigar con asco con cubetas de sangre en pantalla, y que a diferencia de esos slashers de los ’70 y `80, como Friday the 13th y Halloween, dejan de lado el elemento casi ominoso de los perpetradores.

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Con este panorama, ausente de innovación, parece fácil perder la esperanza, pero para nuestra tercera y última parte de este artículo nos hemos aventurado a crear una lista de otros monstruos nuevos para divertirnos este Halloween.

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