En 1950 un niño llamado Edson intentaba consolar a su padre tras el Maracanazo diciendole que ganaría la Copa del Mundo para él. Ocho años más tarde, Edson, que ahora era conocido como Pelé, había visto a su selección vencer a Austria y empatar frente a Inglaterra desde la banca en el Mundial de Suecia. El partido frente a Inglaterra fue el primer empate sin goles en la historia de las Copas del Mundo, lo que provocó que el técnico brasileño modificara su alineación y metiera al joven Pelé, de 17 años, junto a un tal Garrincha.
Lo que sigue es historia, Brasil ganó su primera copa frente a la selección de Suecia y Pelé le cumplió la promesa a su padre mientras se convertía en el jugador más joven en anotar en un mundial, un récord que sigue vigente hasta el día de hoy.
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