25 de marzo fue el día en el que Slash, Myles Kennedy and The Conspirators se presentaron en el Pepsi Center.
En punto de las 20:00 horas, cientos de fans ya estaban más que listos con sus pelucas, sombreros y lentes oscuros para hacer reventar sus oídos y mover sus cabezas de atrás hacia delante con los potentes sonidos de la guitarra de Slash y los beats de la batería con Brent Fitz. El concierto cobró vida con Motor, banda que le abriría a estos grandes. Fuertes gritos de desesperación se unían para corear el famoso “olé, olé, olé, olé… Slash, Slash” para que por fin saliera su banda. No fue hasta las 21:30 hrs que salieron y, con un intro de música de circo, empezaron a tocar su setlist abriendo con “You’re a Lie”.
El concierto consistió en una mezcla de todos los proyectos ya hechos por Slash y, como era de esperarse, en cada rola Guns ‘n’ Roses que se escuchaba, la energía del público subía de una manera increíble.
"Rocket Queen" definitivamente fue la canción de Slash, donde una vez más nos demostró como sus dedos logran seducir a la guitarra de manera impresionante con un solo de más omenos 5 minutos, para después volver a retomar el final de esta canción.
Así se pasaron los minutos, llenos de intensidad y mucho rock ‘n’ roll. Antes de que la euforia se consumiera, desplegó su éxito más devastador: "Sweet Child O’Mine". Toda la fanaticada from hell comenzó a saltar como nunca antes, con las manos en el aire haciendo la señal de rock... Ni siquiera hizo falta que el vocalista Myles Kennedy cantara, pues la voz del publico cubrió cada sílaba de la canción.
Con “Paradise City” cerrarían y se despedirían, otro clásico eterno de los Guns. Fue así como terminó todo, con una calurosa despedida y un recuerdo de los desenfrenados años ochenta que los seguidores de Slash mantienen para siempre en sus corazones.
Por Paola González
Fotos por Fer Espíndola