Por: Isabel Frías Condensar 5,000 años de historia en un espectáculo de dos horas suena imposible. Sin embargo, la compañía de danza clásica china Shen Yun Performing Arts ha logrado justo eso. Creada en el 2006, Shen Yun cuenta con tres compañías y orquestas que llevan las distintas producciones alrededor del mundo durante todo el año. El numeroso grupo de bailarines, coreógrafos, músicos y técnicos persigue el objetivo de preservar y transmitir la cultura tradicional china a través de un estilo dancístico único, que alude a técnicas de movimiento perfeccionadas con el tiempo de manera delicada, pero rigurosa. Todo comienza con música emanada de una mezcla de instrumentos orientales y occidentales inundando la sala. Posteriormente, el telón se abre y los bailarines esperan a hacer uso del espacio, vestidos con telas hechas a mano y confeccionadas especialmente para la función. De forma inmediata, destacan los numerosos colores intensos, los cuales se mezclan para crear formas que unifican a los intérpretes en una figura que parece flotar ágil y fluidamente. A diferencia de los ballets occidentales que se acostumbra a ver, esa masa de movimiento creada por el cuerpo de baile es esencial en cada coreografía. Las mangas largas de los vestidos elegantemente portados por las mujeres llenan el foro de manera que parece haber cientos de personas bailando y realizando acrobacias. Igualmente, las danzas masculinas transmiten una energía repleta de fuerza y atletismo a través de movimientos con un alto grado de dificultad impecablemente ejecutados. Sin duda, es notoria la técnica específica que aporta la danza clásica china para girar, desplazarse y saltar, la cual ha pasado de generación en generación desde tiempos de cortes imperiales. La iluminación es sencilla, limpia. No hay necesidad de colores o cambios drásticos de luz, por lo que los bailarines pueden apreciarse de manera clara todo el tiempo. Pieza por pieza, los lugares en donde se desenvuelven las danzas son creados con ayuda de una enorme pantalla colocada en la parte de atrás del escenario, lo que crea rápidamente un palacio, el cielo, montañas y distintos rincones de China que ayudan al público a entender el mensaje de la compañía, materializado por cuatro coreógrafos, Yungchia Chen, Michelle Ren, Gu Yuan y Jin Man, quienes llevan consigo una sólida trayectoria dancística dentro y fuera de China. Una de las peculiaridades de Shen Yun es su residencia en Nueva York. Durante la función, dos anfitriones explican el significado de cada danza, además de la prohibición que el régimen comunista chino estableció para promover la cultura ortodoxa tradicional, por lo que es imposible trabajar como compañía de danza clásica en China. Es por esto que, en medio de las danzas folclóricas alegres, impregnadas de bendiciones y leyendas celestiales, también se presenta una coreografía que cuenta la represión y violencia de militantes comunistas hacia los promotores de distintas ideologías espirituales y culturales. Es en este momento cuando todo el espectáculo toma un nuevo e interesante significado. Shen Yun Performing Arts no es sólo una serie de bellas obras conectadas con el pasado de China, sino un discurso histórico que desemboca en uno social, cargado de un alma que busca trascender a través de un medio que sobrepasa lo estético y que va más allá de la tradición: la danza.