Es ley de vida que todo lo que tiene un inicio tiene un final, aunque no queramos verlo. En muchas ocasiones este final viene mucho antes de lo esperado, como es el caso de la separación de los japoneses Kikagaku Moyo, quienes después de haber lanzado su álbum Kumoyo Island y haber estado juntos por 10 años, armaron una gira de despedida antes de detener actividades como banda, por un tiempo. La última presentación fuera de su país antes de decir adiós fue regresando al Festival Hipnosis en su edición 2022, evento que los invitó por primera vez a México en el año 2019.

Ya apagada por completo la luz natural del día en el Parque Bicentenario, Kikagaku Moyo pintó al Hipnosis con su psicodelia al iniciar su presentación con “Zo No Senaka” de aquel lejano material EP homónimo de 2013. Fue una decisión interesante salir a las tarimas con algo que marcó los inicios de su proyecto musical. Cerraron su presentación con ”Dancing Blue”, tema que se cobija dentro del último disco. No es casualidad, con esto hicieron una clara demostración de la evolución que tuvo la banda durante su periodo de vida.

Solamente estos dos temas mencionados fueron las novedades de su setlist que no sonaron en su primera participación para la edición del festival en 2019 que se realizó en las Caballerizas de Huixquilucan, pues todas las demás canciones interpretadas en este quinto aniversario del Hipnosis, también sonaron en aquella primera visita: “Dripping Sun”, “Smoke and Mirrors”, “Green Sugar”, “Kogarashi” y hasta “Streets Of Calcutta”, el cover de la banda a Ananda Shankar. Sin embargo, eso no quiere decir que haya sido el mismo show al de aquella ocasión, pues la improvisación y la libertad de extender al máximo la duración de los títulos fue lo que hizo de esta última presentación internacional algo realmente especial.

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Momentos calmados y explosivos, de todo tuvo esta presentación que duró una hora exacta y que no tuvo ni un solo segundo de desperdicio. Apoyados de unos visuales perfectos para hacerle compañía al viaje psicodélico que es la música de Kikagaku Moyo, el quinteto de cabellos largos que parecen venir de otra época, por lo menos de unos 50 años atrás, nos dejan claro que las guitarras distorsionadas todavía tienen un lugar predominante en la industria musical actual y que aunque tengan planes de separarse por un tiempo, nos han dejado mucho material para seguir dentro de nuestras playlists por muchos años más.

No hubo necesidad de interactuar con el público por medio de las palabras, todo lo que la banda tenía que decir lo hizo mediante su música, dejando claro que agradecen el apoyo que México siempre les ha brindado y que el haber sido esta la despedida de la banda sobre escenarios internacionales no fue solo una coincidencia, sino una decisión tomada de manera consciente. Seguramente, la respuesta que las y los mexicanos le brindamos se la llevan bien guardada en el corazón de vuelta a casa. Si en algún punto en el futuro la banda decide reanudar actividades, esperamos decidan volver a visitarnos, que por acá siempre serán bienvenidos.