Adiós Aretha Franklin, crece la leyenda de 'la reina del soul'

Adiós Aretha Franklin, crece la leyenda de 'la reina del soul'

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En 1986 Andy Warhol ilustró el homónimo álbum de la entonces ya nombrada "reina del soul", Aretha! el cual fue un disco muy especial. Aunque no era la primera vez que Warhol ilustraba una obra de rock —previamente lo hizo para John Lennon, los Rolling Stones, Bosé, Velvet Underground—, era la primera vez que una figura de la música de ritmos netamente afroamericanos era elevada iconográficamente por el genio de The Factory, al grado de súper estrella del Olimpo, rockero y popular, una especie de Elvis del soul, de las enamoradas y desenamoradas almas guiadas por la poderosa voz de la primera mujer en ser introducida al Rock and Roll Hall Of Fame en la misma época, al año siguiente.

En larga agonía para ella, sus fans, los melómanos, los medios ávidos de la nota y el obituario, Aretha Franklin parte del mundo luego de padecer ocho años por el cáncer de páncreas. Desde el fin de semana previo a su muerte, los portales de espectáculos en Estados Unidos aventuraron su partida. Las noticias en la radio, Internet y la televisión desempolvaron los viejos hits de los años 70, de cuando ella era el puente y heredera generacional entre las cantantes negras de la música tradicional americana, aunque moderna: Billie Holiday, Sarah Vaughan, Ella Fitzgerald. Y las súper estrellas del rock y pop de la segunda mitad del siglo XX: las cantantes de Motown, Donna Summer, Whitney Houston, Adele.

Su poderosa voz competía con la de Janis Joplin, sin ser Aretha, una heroína de camiseta que muere prematuramente; no vendió tantos discos como Diana Ross como solista o con las Supremes, pero se volvió más influyente para las siguientes generaciones que cualquier cantante femenina de la ya mencionada Motown: “I Say a Little Prayer” fue el himno soul del corazón roto de finales de los sesenta, algo así como la “Rolling in The Deep” de esta década.

Hija de un predicador —así tal cual su versión de “Son of a Preacher Man”—, y de una cantante gospel de iglesia presbiteriana, Aretha heredó también la música de sus padres desde sus raíces religiosas, victimario origen que la convirtió en madre prematura a los doce años.

Autodidacta del piano, Aretha poco compuso pero se redeó de los mejores: Emmet Ertegun la apadrinó; los músicos ingleses contemporáneos suyos la respetaban, desde Lennon y McCartney, hasta los integrantes de Led Zeppelin;Respect” súper hit de 1967 es una básica del Soundtrack de su generación, mencionada en filmes de Spilberg, Zemeckis, Stone, en Platoon sus toques pop dan fondo a la Guerra de Vietnam; con George Michael llegó a la cima  ganó un Grammy.

Su última aparición fue en un concierto de la fundación de Elton John de lucha contra el Sida, dicen que cantó con muchos esfuerzos para dar una gran noche.

Con la partida de Aretha Franklin se amplía la lista de estrellas del rock y pop del siglo XX que han dejado el mundo en esta década. Se refuerza el vintage wave de nuestros tiempos tan impactantemente secos de leyendas populares de la música.

Su muy anunciada muerte, antagónica a las súbitas desapariciones de David Bowie o Prince, es en suceso tan cantado qué no ocurría desde la muerte de George Harrison. A Aretha le sobrevive una larga lista de familiares, una aún más grande lista de fanáticos, y una fructífera carrera en el rock, soul, blues y hasta el jazz, un legado listo para ser descubierto y re descubierto para las nuevas generaciones.

Adiós a "la reina del soul", crece su leyenda...


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