En el marco del año dual México- Alemania y el reciente centenario del nacimiento del artista Mathias Goeritz (2015), Miguel Ángel Mancera presentó el pasado 12 de junio la última restauración de la emblemática pieza escultórica monumental “Energía”, obra creada por Mathias Goeritz en 1982. Ubicada en la Primera Sección del Bosque de Chapultepec, “Energía” es una escultura monolítica bicromática hecha de concreto que mide aproximadamente 18 metros de altura. La restauración implicó varios meses de trabajo ya que, además de restaurar la pieza misma, en el entorno de esta escultura se invirtió en 600 m2 de jardinería, se instalaron bancas, 152 luminarias, un módulo de contenedores de residuos y señalización.
Mathias Goeritz nació en Danzig, Prusia en 1915, pero tras la Segunda Guerra Mundial se trasladó a México, donde residió hasta su muerte en 1990. Llegó en un vertiginoso momento; desde los años 40 el modernismo arquitectónico se impuso como una agresiva política de construcción de infraestructura para mejorar la calidad de vida. Este interés responde a una importante explosión demográfica e industrial. Las siguientes tres décadas cambiarían definitivamente la percepción y el manejo del espacio de cualquier residente en la capital mexicana.
Con Miguel Alemán (1946-1952) comenzó la construcción de los primeros multifamiliares y se creó Ciudad Universitaria. En el sexenio de Ruiz Cortines (1952-1958) se inauguró el Instituto Nacional de la Vivienda, el ISSSTE y Hospital 20 de noviembre. Durante el régimen de Díaz Ordaz (1964-1979) se produjo la necesidad de generar la infraestructura necesaria para las Olimpiadas y el Mundial, eventos que pretendían posicionar a México como un país moderno, como potencia petrolera en auge industrial.
Para entonces, Goeritz estaría en uno de sus momentos de creación más álgidos y comenzaría a generar un diálogo entre disciplinas; iniciaría la conjugación entre la pintura, la arquitectura, la escultura y el urbanismo.
El proyecto del artista, una obra con gran carga espiritual, estiliza y simplifica miradas y formas del pasado. Le preocupaba la experiencia espiritual del observador en su deambular por el espacio, de ahí que haya propuesto formas dinámicas, abiertas a los sentidos, construcciones performativas, y que, como en el caso de “Energía”, haya participado tanto en el espacio público.
“Arquitectura emocional” es el nombre que dio a su proyecto artístico y estético. Goeritz abogaba por un involucramiento emocional con el espacio. Para él, la experiencia plástica tiene impacto en el espacio social; por ello, en sus obras enfrenta al transeúnte con el vacío, con la nada, con el espacio mismo.
Mathias Goeritz realizó cientos de obras y tuvo varios puestos docentes; hizo vitrales para la Catedral de México y la Iglesia de San Lorenzo Mártir, torres en conjuntos habitacionales, relieves para iglesias y murales. Fundó en Cantabria la Escuela de Altamira, fue miembro distinguido de la academia en Madrid, dirigió el Taller de Educación Visual de la UNAM, y fue maestro en la Universidad Iberoamericana y en la Escuela de Arquitectura de Guadalajara.
Entre 1957 y 1958 realizó un proyecto escultórico sin precedentes. Goeritz, Luis Barragán, Jesús Reyes y Mario Pani crearon Las Torres de Satélite, el acceso a una nueva ciudad construida al norte de la Ciudad de México, una promesa capitalina. La fascinación por las torres llevó a Goeritz a construir Las torres en FES Aragón, la Corona del Pedregal, y, con Ricardo Legorreta, Las Torres de Automex, entre varias otras.
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En el marco de los XIX Juegos Olímpicos de 1968, hizo en conjunto con el aclamado arquitecto Pedro Ramírez Vázquez: la Ruta de la Amistad, un circuito escultórico urbano en el Periférico. Años después, entre 1978 y 1980, realizó con Helen Escobedo, Manuel Felguérez, Hersúa, Sebastián y Federico Silva el centro del Espacio Escultórico de Ciudad Universitaria.
Su proyecto artístico se enraizó en el imaginario urbano de la Ciudad de México para siempre. Esta ciudad no sería lo que conocemos sin la intervención de Goeritz en el mapa. Sin más, los invitamos a conocer la restaurada escultura “Energía” y todos los espacios que nos regaló a los transeúntes de esta ciudad.