Quienes han vuelto del más allá mencionan un túnel de luz blanca. Dicen que los guiaba, cegaba y que impedía vieran más allá del horizonte, mientras sus oídos percibían sonidos indescriptiblemente bellos. Así es la música del conjunto capitalino Jvne, homónimos de la diosa romana de la maternidad, Juno; pareciera que ella misma los envió para musicalizar el cielo y, afortunadamente para nosotros, la tierra.
El primer LP de la banda, Rising, promete refrescar la escena nacional con una propuesta que rinde tributo a la tradición de la música misma y, después de dos años de arduo e intenso trabajo, llegará a deleitarnos con un álbum exquisito del primer al último acorde.
“Curtain” es la pieza que inaugura el disco y, como si fuera la obertura de una ópera, nos pone sobre la mesa una muestra de lo que escucharemos en Rising: guitarras, bajo, batería y teclados, acompañados de pulcras ejecuciones de instrumentos de viento (flautas, trompetas, clarinetes, corno francés, trombón) y cuerdas (violines, violonchelo, contrabajo). Al compás del piano, acompañados de melancólicas letras interpretadas por sus dos vocalistas, Anú López y Luis Marcol, los cuales intercambian la titularidad del micrófono a lo largo de la obra, mayormente compuesta en inglés.
“I Need a Place to Close my Eyes” es la segunda canción del álbum donde encontramos en ella otro elemento distintivo de Jvne: distorsiones en la voz de Marcol, las cuales bien podrían ser señales perdidas del espacio. Esta cuestión le da amplitud, nos imbuye en el poema recitado y nos lleva a ése lugar al que vamos cuando nos sentimos mal, donde lo único que queremos es cerrar los ojos y desaparecer.
La delicada voz de Anú López implora al dolor que se vaya en “Pain Will Fade”; éste ya la rebasó y esa vulnerabilidad que nos hace humanos está muy presente en la tercera melodía de Rising. Ya se cansó de fingir, de pretender que todo esta bien y no teme expresar ese sentimiento, esperando así, desaparezca… Un sentimiento similar se percibe en “Silence”, donde nos pide que la veamos a los ojos para saber lo que piensa, no dirá nada al respecto más que lo necesario para que el silencio hable por ella.
“Parks” expone al máximo todas y cada una de las virtudes de los intérpretes. Este primer sencillo es una fina muestra del chamber pop que son capaces de ejecutar, acompañado por una desgarradora letra cantada principalmente por Marcol y complementada sutilmente en sus coros por Anú, capaz de conmover hasta la médula de las piedras.
[Dejamos la interpretación en vivo para RockandRadio en su programa RRAcoustic desde la Escuela Superior de Música de donde son egresados estos talentosos músicos, para que comprueben lo arriba mencionado]
https://www.youtube.com/watch?v=8bcfRnE8NT4
Anú interpreta “Cleo”, única pieza en español, y que nos evoca un amor perdido, que tal vez aún amamos, pero que sin duda, continúa en nuestra cabeza y que recordamos hasta en el susurro del aire, como bien lo menciona: “El viento sopla, sé que eres tú...”. La melancolía es palpable y se respira, llega a su punto más alto y cae para romperse en mil pedazos, como los recuerdos de aquel ser que amamos y se fue...
Los cambios son parte de la vida, Jvne lo sabe y nos cantan al oído sobre él en “Change”. Marcol y Anú cantan a dúo, como intercambiando diálogos... una luz blanca alumbra a uno y otro mientras se preguntan cómo dar esos difíciles pasos hacia algo nuevo, desconocido, pero necesarios para seguir...La noche y la lluvia se hacen presentes y dan la bienvenida a un instrumento más, el arpa, como si contempláramos a la lejanía, las puertas del Cielo…
Entramos a la última parte de Rising, una pieza compuesta por tres actos, ya que no se pudo concebir como una sola pieza: “Rises from the Soul I, II y III”, cada una muy diferente de la otra, pero que al escucharlas de manera íntegra, nos hace entender el por qué la escisión de la misma.
Jvne es una agrupación que se atreve a muchas cosas: a cantar el 90% de su disco en un idioma diferente al propio en un país que no suele ver esto con los mejores ojos; a poner títulos largos a sus composiciones; a dividir una canción en tres, a utilizar instrumentación poco usual para el género… lo que resulta en una grabación exquisita, pulcra y con ejecuciones vocales e instrumentales de primera.
En su momento y con las debidas proporciones guardadas, a Zurdok se le llamó el “Radiohead mexicano”, Jvne llega a ése lugar gracias a sus letrados integrantes, los cuales dedican —literalmente— su vida a la música y a su debido instrumento. Rising pone la vara muy alta para quien pretenda acercarse.