Recomendación literaria de la semana: 'Panza de burro'
Panza de burro de Andrea Abreu, una escritora de tan sólo 27 años de edad, es una novela que se ha convertido en un fenómeno editorial. Desde su publicación en 2020, se han vendido más de 45,000 ejemplares, además de las múltiples traducciones que siguen haciéndose de ésta, logrando encontrar más y más adeptos alrededor del mundo.
Este libro cuenta la historia de amistad de dos niñas de 10 años que viven en un barrio de las Islas Canarias. La narradora sin nombre relata las vivencias, sentimientos y descubrimientos que comparten mientras se alejan poco a poco de la niñez. Ambas se admiran, se envidian, se odian, se aman y, en medio de ese tumulto de emociones contrariadas, construyen una relación lejos de la romantización de la amistad y la infancia.
A lo largo de la historia seguimos a las protagonistas en su exploración de nuevas sensaciones, de un despertar sexual que incluso llega a lo incómodo. De ahí que una de las cualidades del libro sea la capacidad de hacer convivir lo grotesco con lo bello, lo obsceno con la inocencia y lo violento con el cariño entre dos niñas inseparables.
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Uno de los elementos que más ha llamado la atención desde su publicación es la forma en la que la experimentación con el lenguaje escrito llega hasta la oralidad. En ella existen capítulos sin espacios, sin puntuación y sin mayúsculas, con un vocabulario tan específico que sólo es posible leer de corrido y dejándonos llevar como si estuviéramos escuchando la historia a viva voz por una niña en Tenerife:
“[…] yo no sabía la diferencia entre yo e isora a veces pensaba que éramos la misma niña isora bebía cortado leche y leche como las viejas chupaba la leche condensada con una cañita yo me quería chupar la cabeza de Isora para meterla dentro de mi cuerpo como la niña embarazada de lilú en la tele […]”
Al leer Panza de burro nos asomamos a la vida desde la mirada de una niña que mira de frente, sin tapujos, lo que pasa a su alrededor. Que observa las tristezas de las personas aunque no las entiende, que sabe secretos de adultos, que conoce la violencia sin poderle poner nombre y que guarda todo ese desconocimiento en una caja que contiene las cosas que no se dicen, pero que se piensan todo el tiempo.
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