¿Qué es el Lhabloratorio?
Por Miguel Ángel Ángeles
El Lhabloratorio Colectivo es un espacio para rompernos las lenguas, para olvidarnos de la manera en que hablamos todos los días y en su lugar ensayar en colectivo formas alternativas de concebir el mundo y de relacionamos entre todas las personas.
Como un proyecto de arte participativo, durante los encuentros las personas sólo pueden producir mitades de signos. No hay manera de pensar en ideas completas ni palabras enteras. Luego entonces la mitad de una letra que dibuja una persona es completada por otra. Después la siguiente letra la inaugura la otra persona, y así se van turnando el orden, de manera que el rumbo de las palabras resulta siempre de improvisaciones colectivas.
El interés es poner en tensión las unidades visuales y sonoras de las palabras para así desestabilizar el sentido de aquello que usamos todos los días y que llamamos lenguaje, y que en buena medida forma el andamiaje sobre el cual construimos lo que decimos, sentimos, discutimos o buscamos. A grandes rasgos, el lhabloratorio es una pomada para despegar el lenguaje de las cosas y de nuestras lenguas.
¿Cómo surge?
En realidad la experiencia sale de un cuento publicado en la edición de la revista Pliego16 dedicada a Literatura Expandida, un número con piezas de Élika Ortega, Ytzel Maya, Marisol García Walls, Olivia Teroba, Vivian Abenshushan, Pierre Herrera, Canek Zapata, David Alejandro y todo un grupo de personas interesantes que experimentan con el lenguaje, la escritura y los soportes en que se reproducen.
La idea del cuento es una isla donde las personas sólo construyen el lenguaje a partir de apilar fracciones de letras en pareja. El problema viene porque los habitantes del hemisferio occidental dividen las letras de manera horizontal mientras que los de la zona oriental las parten en el eje vertical. Así que durante algunas temporadas de intercambio, las personas comerciantes tienen serios problemas en las transacciones por no poder concretar signos con sentido y de ahí que la comunicación con el otrx se quede en un mero simulacro.
La manera en que este cuento escaló al Lhabloratorio es porque para la presentación de la revista, la banda de la editorial digital, casa de poesía y artes textuales Broken English convocó en Biquini Wax EPS a una noche de poesía y pixeles, con lectura de poemas y visuales. Allí aprovechamos el tiempo que tenía para leer el texto mejor para repartir hojas, colores y explicar un poco de qué iba la idea y que nos olvidáramos del lenguaje que hasta entonces habíamos estado usando.
Siendo de alguna manera el primer lhabloratorio, los resultados fueron palabras aparentemente arbitrarias pero que claramente partían de un tipo de consenso, así como letras nuevas, mitades completadas con dibujos, trazos como fugas e incluso una persona reclamando que tal disección del lenguaje la incomodaba porque ahora veía en su cabeza trozos sueltos de rostros y recuerdos sin sentido.
Después empezamos a hablar sobre la manera de desarrollar una metodología para experimentar con el lenguaje desde el espacio cotidiano. Comenzamos a trabajar en ello con Ana Cecilia Medina, artista e investigadora en torno a la escritura, el sonido y literatura digital; con Andrés Paniagua, escritor, y con Rolando Hernández, artista y compositor.
Después contamos con el apoyo del Programa de Estímulos para la Creación y Desarrollo Artístico PECDA CDMX 2017, en la categoría de letras de creación colectiva y con la tutoría de Vivian Abenshushan. Allí arrancó este programa de sesiones temáticas guiadas por la idea de experimentar con el lenguaje recreando acciones cotidianas, un poco para cuestionar al propio lenguaje desde la vida misma.
Charlamos con César Campos, creador del concepto junto con Andrés Paniagua y Rolando Hernández, esto nos dijo:
¿De qué va esta edición?
Se trata de una sesión de estetoscopía y escritura colectiva donde escribiremos a partir de los sonidos torácicos del otrx. Pondremos en práctica ejercicios de escucha medicinal que desde siglos han servido para averiguar qué ocurre en el cuerpo del otrx como método de sanación. Con las orejas dirigidas a nuestro interior exploraremos cómo escribe un ensamble de cuerpos. Cómo hablan y qué palabras dicen interconectados los músculos, huesos, respiraciones y latidos. Cómo cada cuerpo se transcribe a través de otro cuerpo en un lenguaje colectivo.
¿Qué podrían encontrar quienes asistan?
Exploraremos que no somos cajas negras y que lo que nos ocurre es relatable. Que podemos encontrar métodos de escritura y reescritura de nosotrxs mismxs a partir de la escucha colectiva de nuestros sonidos corporales. Todo esto como parte de una exploración en grupo que se publicará después como una radiografía colectiva sobre los órganos torácicos.
La entrada es libre e incluye materiales. El cupo está limitado a 20 personas, para asegurar su lugar les pedimos escribir a hola@lhabloratorio.co
¿Para qué sirven ejercicios como el Lhabloratorio?
Decir para qué sirven ejercicios como el Lhabloratorio podría ser entrar en todo un debate sobre la supuesta función social de proyectos de arte participativo, como ha trabajado Claire Bishop en Infiernos Artificiales, es decir, si estos proyectos deberían ser medidos como los resultados de un programa social o más bien en términos estéticos.
Nosotrxs nos quedamos con la experiencia viva, es decir, con las reflexiones que se están generando en cada sesión del Lhabloratorio, entre todas las personas, como un campo de ideas y afectos, lejano sobre todo de las esferas académicas y los circuitos de producción vertical e individual de conocimiento. Y acá el resultado ha sido que en las sesiones hemos reflexionado sobre la necesidad de escuchar al otrx y de escucharnos como tribu para construir un discurso, sobre cómo podemos escribir a varias manos, sobre la desconfianza hacia las palabras, la maleabilidad del lenguaje, sobre cómo con cada conversación en cada esquina perpetuamos el supuesto sentido común o statu quo y, sobre todo, sobre la alternativa de frenar la producción masiva de palabras y juicios en una época donde tenemos que deconstruir tanto esos juicios e ideas como a nosotrxs mismxs para reconstruir nuestros vínculos.
Sigue a Miguel Ángel Ángeles en Twitter: @mangelangeles