Ir al corralón es como pagar por todos los pecados que se han cometido desde que se nace, y dar mordida –además de no ser moral– no da ningún tipo de lección a quienes la pueden desembolsar.
El lunes 17 de agosto se promulgó el nuevo reglamento de Tránsito de la Ciudad de México ( en la cual, es calculado que se llevan a cabo 7 millones de traslados diarios, con una población de poco más de 20 millones de personas). Entre las innovaciones a los estatutos, están las multas a los ciclistas; al uso del claxon si no es para evitar un accidente, y un sistema de puntos adquiridos con cada infracción, y que al llegar a 12 en un año, prohíben el manejar por los siguientes tres.
Desde las mentes de Ibero 90.9, aquí tres propuestas más que agregar:
- Una app para pagar multas vinculado al pago en línea o PayPal: Para evitar que se lleven o detengan tu coche y poder continuar con la agenda programada de ése día. Que sea posible pagar enfrente de la grúa, o del policía que le pone la araña. Por qué utilizar el tiempo inmediato de los ciudadanos como un castigo que implica bajar al inframundo del corralón, formarse bajo el sol, sacar fotocopias de la Tenencia... ¿Qué no existe un registro en línea?
- Clave de movilidad: ¿De qué sirve que las infracciones sólo vayan a una licencia de manejo? Crear un registro transformado en historial, haría de las personas involucradas en la movilidad (peatones, ciclistas, motoristas, etc.), en una colectividad ciudadana más cautelosa e interesada en dejar sus expedientes en blanco.
- Pagar las sanciones con servicio comunitario: En una ciudad en la que no hay una gran cultura al trabajo comunitario, en la que se valora más el tiempo que el dinero (sobre todo cuando se pierden en promedio 16 horas en el tránsito cada semana), el costo-beneficio de pagar una multa con el trabajo del individuo para con los demás, nutre el tejido social y genera un castigo que verdaderamente duele en los ocupados capitalinos, pero que les deja una enseñanza, más allá del desembolso punitivo.
Las medidas prevén reducir hasta un 35% los accidentes viales, sin embargo, ¿qué será de los conductores sin la vuelta continua a la derecha? ¿Podrán sobrevivir sin ver su celular mientras conducen? Los puntos negativos que se plantea que acumulen en su licencia y el dinero que se llegue a desprender de sus bolsillos decidirá eso. Tal vez un día, en una sociedad interdependiente, el mismo ciudadano podrá multar a una grúa por tomar mordidas, o a una patrulla que se meta en sentido contrario.
Arantza Vázquez @ara_vzg es colaboradora en Ibero 90.9