Picnic masivo y segregación de público en el #ACL2019
Víctor Huerta
Segundo día de actividades del último fin de semana del Austin City Limits y ahora sí se dejó ver un poco el buen clima que caracteriza a la ciudad texana. En este día de actividades se presentaron dos grandes, por un lado The Cure que hizo lo propio y abarrotó el escenario Honda con su característico sonido que hizo estremecer al público completamente y por el otro lado Donald Glover, mejor conocido como Childish Gambino que el año pasado por temas físicos tuvo que cancelar su presentación en el mismo festival, repuso completamente esta presentación con un show dejando boquiabiertos a miles.
La capacidad del festival estuvo en un 93% la cual dentro del mismo fue el día más visitado pero no el más lleno, ya que el primer fin de semana el día dos tuvo una ocupación de 98%, increíble el estilo que hace enamorarse del festival aunque tomando en cuenta que se llevaba a cabo un juego de eliminatorias locales no dejó de enamorar a los espectadores.
Mario Morales
El clima fue mucho más benigno con nosotros durante el día y por la noche nos regaló un horizonte con una luna casi llena.
Nuestra transmisión comenzó con una Kali Uchis de fondo haciendo lo suyo. Los integrantes de PNTHN pasaron por la cabina -formados por dudes de varias ciudades del estado de Texas- y nos compartieron entre otras cosas, que ansían conocer México (que raro).
Después lo más odioso: decidir entre ver a James Blake, Metric o James Blake, o peor aún, entre The Cure o Childish Gambino -mitad y mitad-. Para los texanos, hubo una verdadera tercera opción de peso: mirar el partido de la NFL -Yo pasé de largo esa opción-.
James arrancó suspiros con su voz y su piano mientras la banda susurraba sus canciones. Por su parte, el tío Robert, aunque parece que tiene peor condición que un policía de tránsito chilango, tocó por hora y media puro trancazo “dekiuresco”.
Por el contrario y hasta el otro extremo del parque, Donald Glover brincó, se revolcó, volteó los ojos, hizo moon walking, stage dive y demás -sin sentir frío y todo descamisado- para un público que no dudó en brincar cuando llegó el momento: "This is America".
Para la salida, y con el colmillo que da un día de Festival, encontramos una calle aledaña por la que casi no caminaba gente y pedimos ahí un taxi de vuelta al hotel.
Tskuanda Sierra
Otoño es la estación en Austin donde centenares de murciélagos salen al atardecer sobre el Congress Ave Bridge. Una pensaría que octubre es el mes en que los vampiros salen a las calles –todo un reto con el caluroso clima–, y más aún cuando The Cure está por presentarse en el Austin City Limits, festival que parece ser el corazón de la ciudad.
La verdad es que no vi a ningún vampiro pero sí fue muy notaria la segregación del público. Todos aquellos entre 15 y 24 estaban viendo a Childish Gambino y entre mucho de lo que podemos destacar hay que reconocerle que sabe montar un show. Vaya, Donald Glover es una caja de monerías. Si una veía al horizonte, ambos escenarios principales competían el uno con el otro, dejando por segunda ocasión un vacío enorme entre ellos. Del lado derecho teníamos a The Cure. Había familias enteras ahí, detrás de mi había particularmente una que llevaba a sus hijas de 8 y 13 años. También había una pareja en sus cincuenta y tantos que escuché decir que era la vez número veinticuatro que veía a la banda.
Lamentablemente, por segunda vez en el año Simon Gallup –legendario bajista de The Cure– tuvo que ausentarse del show de manera inesperada por un problema personal que comunicó la banda a través de twitter, la primera vez fue en julio en el Fuji Rock Festival en Japón. En ambas ocasiones, su hijo, Eden Gallup ha tomado su posición de manera brillante. The Cure tiene un repertorio kilométrico y aunque tocaron una hora menos que en la Ciudad de México en su show de la semana pasada, aún así se pudieron escuchar muchos de los esperados clásicos, garantía de cualquiera de sus shows. Mientras en México recordaban sus primeros años, los más oscuros y alocados, para cerrar su presentación, aquí le dieron la vuelta con "Friday I'm In Love", "Close To Me" y la cereza del pastel, "Boy's Don't Cry".
Ayer comentaba que si uno era fan de los primeros años de Tame Impala esta era su última oportunidad de verles antes de que dejen de tocar las canciones de estas producciones y se enfoquen solo en su época del Currents en adelante. Bueno, pues el mismo caso aplica para James Blake. Tras su último disco Assume Form (2019), escuchamos a un James más popero, más amable con su sentimientos y me atrevería a decir que hasta más romántico, cada vez menos oscuro. Su talento es innegable, eso sí, pero es un nuevo James Blake sin que eso signifique que sea mejor o peor, solo es diferente.
Otros actos a destacar: Brittany Howard, estrenando proyecto solista. Esa mujer irradia luz; es aún más conmovedor que las letras de Jamie (2019) hablen sobre el amor propio, disco con el que está toureando.
Kali Uchis como siempre es toda una diva en el escenario y cada vez tienen un público más joven que intenta imitar sus movimientos, maquillaje y vestimenta pero para hablar de juventud, hablemos de Billie Eilish que es el torbellino que viene arrasando con todo a su paso en la industria y que se notó en el tamaño de la multitud y los gritos de sus espectadores.