#PasaporteAdidas Bitácora Día 3

Día 3 #PasaporteAdidas Río, entre el mar y la montaña La orografía de Río es accidentada. Es una ciudad construida en los márgenes de la bahía Guanábara, en la cual se intercalan cerros de variadas alturas. Es un triunfo civilizatorio.

En los puertos se respira un aire húmedo. Ese olor que nos recuerda la primera vez que conocimos el mar. Ahí está Río. En las cimas de las montañas se respira con pureza. Ahí también está Río. Entre el mar y la montaña.

Otra vez llueve durante la mañana, lo cual no es impedimento para tomar una caminata por la avenida Atlántica, junto a la extensa playa que reposa a pesar del mar enfurecido. Atlántica cruza la playa Copacabana, entre bares, apartamentos y hoteles. Es la gran zona de hospedaje turístico.

De regreso al hotel, en el barrio de Copacabana, miro alrededor y hay un déja-vu de lo más tradicional de Acapulco y Veracruz. Una zona comercial en la cual se abren paso farmacias, lavanderías, tiendas de abarrotes e inmuebles de apartamentos. Cada edificio trae una denominación de origen. Sus nombres los diferencian, ninguno es igual. Se percibe una ciudad auténtica.

Levanta la vista y sorpréndete. Las construcciones art decó nos rememoran algunas postales parisinas. Casi todos los apartamentos tienen los aparatos que proporcionan aire acondicionado a la vista de la calle. Curiosidad carioca.

Tras el ligero paseo matinal, hay una visita obligada. Una de las siete maravillas del mundo moderno: el monumento del Cristo Redentor ubicado en el cerro del Corcovado. Una sublime estatua con los brazos abiertos que simboliza la bendición a la ciudad, inaugurada el 12 de octubre de 1931 por el Presidente Getulio Vargas y el Cardenal Sebastiao Leme.

Para llegar al popular sitio hay que tomar el tren de la estación Corcovado. Un costo de 46 reales (276 pesos) para conocer un sitio excepcional no es un abuso. Los trenes, con varios años de servicio, suben a un ritmo pausado entre escarpados parajes naturales. Cada uno tiene dos vagones con filas de cinco asientos cada una.

Tras un trayecto de 20 minutos, explotan los sentidos. ¡Estamos en la cima del cerro! El paisaje enamora, conquista. Es sublime. ¡Es la vista de Río de Janeiro hacia el mundo! Se observa el horizonte infinito del mar, el barrio de Ipanema y Leblon, el Pan de Azúcar, los navíos de Botafogo, los altos edificios del Centro, la extensa zona verde del Parque de Tijuca, el estadio Maracaná, el aeropuerto Santos Dumont, el lago Rodrigo de Freitas y el Jockey Club.

¡Bienvenida sea la capital del fútbol en la Copa Confederaciones 2013 y en la Copa del Mundo 2014!

 

[Concierto] R. Stevie Moore @ La Faena

Where Is The Party... Axwell?