Fotos de Perla Sánchez El pasado jueves 20 de julio el museo Franz Mayer inauguró la edición número sesenta de la exposición de World Press Photo, el concurso internacional más importante de fotoperiodismo. Fuera del museo, la fila le daba la vuelta a la cuadra y se escuchaban varias quejas: “Ningún otro año había estado así de lleno”, se escuchaba entre los asistentes.
Tras una pequeña conferencia de prensa, sostenida por Héctor Rivero, director del Franz Mayer, y Babbette Warendorf, curadora y representante de la exposición, pudimos pasar a ver las fotografías. La primera es la que más resalta de todas: la imagen ganadora del premio de este año fue capturada por el fotógrafo turco Burhan Ozbilici y publicada en AP; dio la vuelta al mundo el 19 de diciembre de 2016 cuando Mevlüt Mert Altıntaş le disparó al embajador ruso Andrey Karlov durante un evento Ankara, después de asesinarlo protestó por la situación actual de Siria y la falta de apoyo por parte de los gobiernos de Rusia y Turquía.
El encuadre de esta fotografía es bellísimo y contrasta con el motif de la misma. El hecho de que sea un acto de violencia donde no se ve una sola gota de sangre produce una especie de incomodidad en un mundo donde estamos acostumbrados a ver sangre en los periódicos y hasta en la cultura pop. Pero lo que más resalta de todo es que Burhan haya capturado un momento tan preciso. Esta última idea es en realidad lo que tanto impacta del fotoperiodismo: la impresión de un momento que de otra manera se hubiera escapado.
“¿Por qué querrías ver algo así de horrible?”, dijo alguien entre la multitud con respecto a una fotografía que retrata la destrucción causada por un coche bomba en Pakistán. “Para recordar; para no olvidar”, le contestó su acompañante.
Aunque no todo lo expuesto es conflicto en la exhibición del World Press Photo, las fotografías cubren un vasto rango de temas: vida diaria, noticias generales, naturaleza, deportes y problemas actuales.
Los asistentes a la inauguración eran variados: desde patinetos con todo y tabla, hasta señoras bien arregladas con todo y bolsas que combinaban con su vestuario, bohemios y niños pequeños –acompañados de sus padres– que se emocionaban al ver todas las fotos de animales. En algún punto se escuchó el chismoseo de un grupo de señoras que culpaban a los “caza cocteles” de que hubiera tanta gente. Que la asistencia haya sido tan diversa solo demuestra una sola cosa: que al público le importa, se preocupa y le emociona el periodismo, en este caso el periodismo fotográfico. Que haya mucha gente (y tan ecléctica) en este tipo de muestras no debe ser señal de crítica, sino de orgullo.
World Press Photo estará en el museo Franz Mayer (Avenida Hidalgo 45, Guerrero, 06300 Cuauhtemoc, CDMX), hasta el 24 de septiembre de 2017.
Además de la muestra fotográfica, el museo ofrecerá varias actividades que van desde conferencias y talleres hasta un ciclo de cine con la temática de la discriminación. Puedes consultar toda la información en la página oficial del museo, al igual que en su Facebook.