Por Alonso Salamanca
La experimentación sonora basada más en la difusión que en la ejecución se ha vuelto cada vez más común dentro de las esferas mediáticas de la música, afectando y transformando el imaginario, tanto de artistas como de medios especializados, tanto en la internet como en la radio y la televisión. La facilidad con la que se difunden los contenidos provoca a su vez que el hecho de auto-producir un disco o auto-gestionar un sello discográfico/netlabel parezca ya un hecho intrascendente o fugaz. Apuntando a tendencias casi siempre distantes y repetitivas, nos puede parecer innecesario o extremadamente complicado encontrar los elementos que hacen que un buen álbum o artista sean precisamente eso, un buen álbum o artista.
A pesar de la amplitud del panorama, no es imposible para el escucha común hacer un descubrimiento fuera de serie. Por ejemplo, si hablamos de Nonfiction, el álbum debut de The Range, cualquier fan tanto de la nueva electrónica como de la vieja guardia del IDM se puede llevar una grata sorpresa, tal y como le sucedió a la crítica, cuyos veredictos para este novato de Brighton fueron contundentes y favorables, ganando estatus de “Best New Music” en el polémico blog de crítica Pitchfork entre otros galardones otorgados por numerosas publicaciones independientes como Dazed Digital y la blogósfera de la música experimental electrónica en general.
Lo que mejor describe la música de The Range podría ser IDM (intelligent dance music) suave y rítmico. A través de la disquera Donky Pitch, heredera en el ámbito virtual de las primeras disqueras independientes de dubstep y grime. Su contemporaneidad la ha orientado hacia el emergente sonido bass y un sorpresivo acercamiento al techno ambiental.
The Range utiliza una serie de elementos modernos con otros tradicionales, agregando a la mezcla ritmos de footwork (género gestado en los barrios bajos de Chicago basado en muestreo musical de voces, instrumentos y percusiones de hip-hop en una forma frenética y súper rápida), sintetizadores ambientales y estructuras sonoras que pueden recordarnos tal cual a Aphex Twin o a un Boards of Canada mucho más ecléctico y atrevido.
La cultura sonora de James Hinton (nombre de nacimiento del artista en cuestión) es algo que no se puede dejar pasar desde el instante en el que escuchamos las primeras pistas del álbum. Ciara, Lyn Collins y The Winstons son sólo tres de miles de actos más que hacen presencia en las canciones dentro de Nonfiction. Más que canciones, son construcciones sonoras que crecen paulatinamente, de manera tan precisa como una escultura que no deja de prescindir de un dinamismo arquitectónico casi inmaculado y lleno de texturas distintas.
Sin cuestionamiento alguno, The Range será un acto imperdible en la edición del Festival NRMAL en el DF, que se llevará a cabo en el Deportivo Lomas Altas el día 1º de marzo.