Fotos: Andrea Solís

El sábado pasado, el escenario Ceremonia del Parque Bicentenario recibió uno de los actos más nuevos que (con poco tiempo) conquistan cada vez más la escena mexicana. A las 8 de la noche, dos guitarras y un bajo comenzaron a sonar para acompañar la voz de Natanael Cano, quien salió energético y con una seguridad que casi rozaba la arrogancia. Conjunto Jordan, gorra de los Yankees y su micrófono fueron lo único que necesito Nata para flotar sobre el escenario y la música que, además, impresionó mucho al no depender de un DJ para reventar con una de las técnicas de bajo más pesadas y limpias que se han escuchado.

Su set-list transitó entre diversas canciones de su decena de entregas discográficas, desde Todo Es Diferente (2019) hasta A Mis 20 (2021) e incluso el Festival Ceremonia fue testigo de uno de sus temas nuevos tocado por primera vez en un escenario completamente en vivo. A la mitad del show, Nata y sus músicos confundieron a la audiencia al salir del escenario después de una canción con base de house, tocada desde una mezcladora de DJ que no había estado activa en todo el show (ya que aunque no depende de este elemento en lo más mínimo también es parte de su alineación musical) dejando duda al cambiar de género tan repentinamente. Con este motivo, una parte sustancial de la audiencia dejó el escenario en ese momento sin esperar que Nata volvería a salir a tocar sus más grandes éxitos (y muchas otras de sus canciones).

Durante la ahora segunda mitad del set, Nata dobló su interacción con la audiencia e impactó a pesar de haber perdido parte del público. Aquellas personas que salieron no esperaban perderse lo que fue quizá la parte más dinámica e interesante del show que implementó más al DJ solo para mostrar lo independiente que es Nata de las bases electrónicas, aunque complementen de forma impecable la parte tumbada de estos corridos.

Finalmente, agradecidos y en alto, Natanael Cano y sus músicos dejaron el escenario bien caliente y listos para continuar conquistando los escenarios y oídos de cientos de miles de personas en México y alrededor del mundo callando, cada vez más, todas aquellas bocas que dudan de su madera de músico y su alma de cantautor.

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