Mutek es una experiencia sensorial única, ese punto ya ha sido preestablecido y no es necesario recalcarlo. Más algo que sí es esencial señalar en esta ocasión fue lo acertado del foro en que se llevaron a cabo los días más importantes del festival: Fábrica era un almacén en una zona industrial del Estado de México, literalmente. Esto le brindó un extra a los Nocturnos pues remiten a aquellos raves noventeros que se realizaban en lugares apartados, lo cual hacía la experiencia aún más auténtica. Desde el primer acto del festival, Lucas París, las atronadoras vibraciones de los bajos ya retumbaban en las instalaciones de la sala B de Fábrica. Su mezcla de rave experimental con tintes de drone ofrecía mucho, pero al final la acústica le jugaba en contra mientras las pulsaciones rebotaban desde el techo de la instalación y no se apreciaba de forma adecuada.
El "escenario principal", mejor conocido como Sala A, la encargada de inaugurar fue una de las DJs más respetadas de la escena francesa: Chloe. A pesar que la audiencia aún no era amplía, quienes arribaron temprano pudieron garantizar que su set basado en el techno era ideal para iniciar la noche, y que era parte de su nuevo show en vivo: Endless Revisions. No sorprende que ya haya trabajado con el Instituto Francés de Música y Ciencia del Sonido (Ircam).
Por su parte en la tercera sala, la recóndita C, el paisano Mondragón fue el encargado de iniciar las acciones. Con su mezcla de instrumentos clásicos como el bajo con equipo electrónico, el oriundo de la CDMX dió una muestra de todo lo que tiene su música ambient bajo el brazo al presentar temas de su álbum debut Presentimiento (Abolipop Records, 2017) y probó porque se le considera de lo mejor de la escena nacional en cuestiones de electrónica.
Drone en su más pura esencia, así se podría describir a Emptyset, con ese ensordecedor set que, mezclado con sus desquiciantes visuales, sorprendió a propios y extraños. El dueto firmado en Thrill Jockey Records presentaba su más nueva producción Borders (Thrill Jockey, 2017), con el que continúan la exploración de las fronteras sensoriales entre el noise y la música. Una de las mejores presentaciones del día, hasta desmayados hubo.
Como en cualquier festival, el Nocturno 1 también le generó problemas a los asistentes sobre qué acto ver, ya que había tres escenarios simultáneos funcionando. Así, mientras Emptyset terminaba de derrumbar la Sala B, Kelly Lee Owens ya hacía de las suyas en el escenario principal con su melodioso canto que, combinado con percusiones precisas y sonidos de instrumentos como gongs atrapaban a los presentes en una ensoñación. Su debut homónimo es uno de los álbumes que han marcado este 2017, por lo que su presentación en MUTEK era prácticamente obligada de presenciar.
En la sala C Leafar Legov (miembro de Kettenkarussell) desde su cómoda ubicación frente a la laptop, le regaló a los escuchas una mezcla de sonidos hip-hop con las bases de ambiental que ofrecían una atmósfera acogedora, contemplativa e inclusive íntima para las parejas que lo habían ido a presenciar.
¿Creyeron que la alineación clásica de "guitarra, batería y bajo" estaban vetadas de Mutek? Pues Elektro Guzzi probó lo contrario. Justo con estos instrumentos crearon en vivo un techno bailable que resultó inevitable bailar. Una completa revelación de como hacer electrónica cortesía de los austriacos en Sala A.
Un ejemplo de esos actos colaborativos que son brillantes en su ejecución, el dueto del productor Woulg y los artistas audiovisuales Push 1 Stop, encargados de cerrar la Sala B con el acto Interpolate. El techno con glitches del productor se combinaba con complejos efectos visuales que respondían al impulso de los primeros; pero en aquellos momentos que la música se tendía hacia el ambient, las proyecciones reaccionaban de igual forma. Y al final la pregunta quedaba en la mente: ¿Eran los visuales quienes obedecían a la música, o la música era la que cambiaba con respecto a los visuales?
Ya para cerrar el primer Nocturno de la edición 2017 de Mutek, quién mejor que la denominada "Diosa del Techno" o "Reina del Acid", la rusa Nina Kraviz. La egresada de la RBMA y dueña de los sellos трип (Trip) y GALAXIID arrojaba sus mezclas de house, techno y acid con una precisión escalofriante, y subía cada vez más los ánimos de una audiencia en la Sala A que no nunca paró de bailar y que pondría fin a su día con la sensación de saciedad tras una enorme noche de propuestas electrónicas.
Fotos por Misael Garrido