Alguna vez lo escucharon, ya sea como miembro de The Beta Band o en alguno de sus proyectos alternos a finales de los años noventa. Estaba en todos lados y un día, Steve Mason desapareció de la faz musical de la Tierra. Este año regresa con su tercer álbum Meet The Humans (2016, Double Six/Domino Records) como solista en el cual se enfrenta a la búsqueda de la felicidad y la persecución de su pasado turbio. Pasa de imprevisto, como oleadas de tormenta se puede sentir acercándose un agujero negro que pretende arrasar con toda la vida en la Tierra. Pero no se encuentra al horizonte, este agujero sin luz surge en el corazón de una mente en pena. Se vuelve parte de un monstruo de sombras. No obstante, como toda tormenta, acaba por aclararse el día y se deja ver el sol. En ese momento, uno puede volver a sentirse humano. Este primer respiro de calma y reconstrucción es de lo que se nutre Meet The Humans de Steve Mason.
Éste es el tercer álbum como solista de Steve Mason, quien alguna vez fue líder del grupo originario de Edimburgo, The Beta Band. Se formó en el año de 1996 y se distinguió por su influencia del rock progresivo, trip hop y brit rock con tintes de folk. Durante los últimos años de la década de los 90, The Beta Band convivió en la escena británica con Oasis y Radiohead. Sin embargo, en 2004, The Beta Band llegó a un final abrupto. Mason ondeaba un estandarte de autoritarismo sobre la banda y su compleja ambición artística acabó por crear conflictos profundos con el resto de The Beta Band. Se le debía £1.2 millones a la disquera EMI y aunque se le ofreció esa misma cantidad si aceptaba aparecer en comerciales, Mason rechazó el trato y tuvo que disolverse su relación creativa-profesional. A partir de ahí, Mason se enfrentó a tener que hacer trabajo manual como obrero para así devolverle la deuda a EMI, además de quedar enteramente solo ante sus propios demonios.
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Mason ha trabajado en numerosas ocasiones por su cuenta, aun durante su época con The Beta Band. En 1998 se dio a conocer con el nombre King Biscuit Time, que se distinguía por tener un sello más electrónico e individual que The Beta Band. Bajo este seudónimo publicó Sings Nelly Foggit's Blues in "Me And The Pharaohs” (Regal, 1998), No Style (Regal, 2000) y Black Gold (Poptones, 2006). Después de un lapso de oscuridad y depresión autodestructiva, Mason regresó brevemente en 2008 como Black Affair y su álbum Pleasure Pressure Point (V2, 2008) otro proyecto de electrónica, esta vez con toques ochenteros. Ya una vez como solista y firmando con su propio nombre, empezó a darse a entender a través de su música con Boys Outside (Double Six, 2010). Luego, con Monkey Minds In The Devil’s Time ( Double Six, 2013) dio rienda suelta a su vena política y polémica con canciones de protesta que evocan a los disturbios de Londres del 2010.
La estética de Meet The Humans es colorida, simple pero perturbadora; como los dibujos de un niño angustiado en el psicólogo. Son personas con la cabeza cubierta y sólo cuando están en el suelo se les ve la cara. El video de “Planet Size” tiene estos mismo elementos de la portada del disco. Poco a poco la vida mecánica de estos humanos se traba por agua que los ahoga en la tristeza. Sin embargo, estos son justo los momentos donde pueden ser vistos sin la cara cubierta.
https://www.youtube.com/watch?v=eJUJTGUH0mc
Meet The Humans inicia con un juego de palabras, un humor negro político agudo. “Water Bored” en su título suena al método de interrogación y tortura Waterboarding —en español se llama submarino— que se usa especialmente en las bases militares. Habla del encuentro de un niño con un Objeto Volador No Identificado y una melancolía a futuro de la transición de lo fantástico e infantil hacia el mundo adulto y corporativo. Del aire libre al control total y la tortura que la privación del individuo implica.
“Another Day”, por su parte, puede que a primera vista no parezca más que una canción jovial y ensoñadora. Pero sus palabras van más allá de una alegría banal. Posee un tono alegre, con trompetas que llaman al sol: “Don't send me back to the black / because this time I might never come back”. Mason se pide a sí mismo la oportunidad de llegar a un lugar seguro, donde la tristeza no sea más que una referencia de recuerdos.
https://www.youtube.com/watch?v=0LGml9Rk1hA
Pensar en la muerte desde lo macabro y tabú es reciente. Se moría dentro del hogar y no en cuartos esterilizados de un hospital. “To the Door” es una serie de ideas sobre el más allá, la vida después de la muerte y la eternidad, todo envuelto en acordes de piano en una tonada para ir caminando con un brinco al paso. Mason no asegura saber las respuestas. Sólo sabe que morir no puede ser tan cruel como imaginamos y ¿por qué no? acercarnos hacia la puerta a ver con claridad qué hay del otro lado.
Al pasar las nubes negras y los rayos se recomienda un periodo de sanación y clausura, y qué mejor lugar para contemplar la existencia misma que ver la vida pasar desde una ventana. “Through My Window” tiene un tono contemplativo y polvoso. La voz de Mason es lejana, como la de un sueño. De todo el álbum es la pieza que tiene la producción más sencilla. Todos sus elementos se grabaron en la antigua casa de Steve Mason en la ciudad escocesa de Fife, un lugar lleno de fantasmas personales para él, a los cuales les tenía que decir ‘adiós’.
Mason cierra esta colección de canciones con “Words in My Head”, palabras que se repiten una y otra vez en un trance que recuerda a sus bases de trip hop: “Please don't ever listen to the words I say / … Please don't ever listen to the things that I say”. Es un recuerdo a sí mismo, de no dejarse caer de nuevo y no dejarse engañar por su propio dolor. Eso sólo puede acabar para él en la tormenta de un melancolía autodestructiva.
Meet The Humans es un nuevo inicio, podría decirse que un renacer en comparación del historial de Steve Mason. Mason no deambula en un eterno océano de depresión en su música. Este álbum es la primer bocanada que da al llegar a la superficie y ahora lo que resta es nadar. No está fuera del agua, pero sí llega la luz del sol para ir secando la oscuridad al aire mientras las nubes de tormenta de derriten en un fondo azul.