Mean Girls (Chicas Pesadas en español) es una película del 2004 dirigida por Mark Waters y escrita por Tina Fey; está basada en el libro de ayuda psicológica para padres de niñas adolescentes Queen Bees and Wannabes de Rosalind Wiseman. El 30 de abril de 2014 cumplió 10 años. La película trata sobre el juego de marionetas que es el mundo de las mujeres y los efectos ponzoñosos que tienen. ¿Qué puede hacer una chavita contra el enorme sistema que es la mala vibra y competencia entre mujeres? ¿Unirse a la carroña? ¿Pelear? ¿Trabajar juntas? ¿Nada? A pesar de retratar lo que parecería una generación ya vieja, Mean Girls es ahora más actual que nunca. Antes bastaba tener una pequeña dosis de abeja reina en las venas para dominar; ahora la receta es mucho más compleja. Incluye sabotaje electrónico, acosadores más informados e insensibles; el desapego entre víctima y victimario es helado. Los libros de la hoguera - donde se viborea sobre las demás- ahora son digitales y todos lo pueden ver. Si recuerdan una escena icónica de la película, la escuela se vuelve un escenario apocalítico cuando las alumnas se enteran de todo aquello que se ha dicho a sus espaldas. ¿Cómo afecta ahora a la sociedad y a la autoestima de la gente el estar expuesto todo el tiempo? Si antes existía la posibilidad de ignorar medianamente el acoso en persona, ahora no hay a dónde correr.
Dentro del sistema controlado que es la escuela se puede observar casi de manera caricaturesca los problemas de esta sociedad patriarcal. Una sociedad donde quien sobrevive es quien logra obtener más migajas de poder. Este fenómeno se observa particularmente en las chavas: es un mundo en el que ante las desventajas y mutilaciones que se le han hecho a la mujer, no hacemos otra cosa mas que aplastarnos para conseguir un poco de control. Esto tiene resultados desoladores: reputaciones arruinadas, mentiras, acoso real, acoso virtual, suicidio, anorexia, bulimia...básicamente odio Al volver a ver –por enésima vez– Mean Girls me quedo con una frase de Tina Fey (Mrs. Norbury en la película) de su libro Bossypants que dice lo siguiente: "Cualquiera que sea el problema, sé parte de la solución. No sirve de nada quedarse sentado señalando los obstáculos". Yo le agregaría una nota al pie que diga "tampoco seas un obstáculo, por favor". Todas compartimos una historia de subyugación, ¿qué sentido tiene quemarnos entre nosotras? ¿No es eso exactamente lo que quiere el sistema para mantenerse en poder? La única forma en la que el mundo de las chicas va a estar en paz, es si existe la cooperación independientemente de estrato social, edad, raza, orientación, género, credo, condición física y mental. Como dice la frase de la película: “Yo sólo quiero hornear un pastel de sonrisas y arcoiris del que todos podamos comer y ser felices.”
Texto escrito originalmente para Publimetro (2 Mayo 2014)