Tras una serie de eventos sumamente polémicos, Andrés Manuel López Obrador llegará por fin a la presidencia en un par de días. La tercera es la vencida, dicen. Sin embargo, quien ahora se encuentra contando de manera negativa, es decir, regresivamente sus días, con todos los reflectores encima, es Enrique Peña Nieto.
Tras un sexenio sumamente controversial, el actual presidente se sumará a la lista de retirados políticos que ocuparon la silla de primer mandatario que ya no tendrán acceso a pensión. Una ley propuesta por el candidato electo que se hizo efectiva antes de su llegada a los Pinos.
Conflictivo sería una palabra que tal vez se adecuaría ligeramente a todo el proceso que se avecina con el cambio presidencial. Más allá de lo obvio y de juzgar las posiciones negativas o positivas de cada una de las figuras políticas, lo cierto es que las expectativas están a flor de piel. Los desertores de López Obrador desean que se equivoque para que puedan portar el estandarte del lema “lo dijimos”; a su vez, los que apoyaron todo su proceso de campaña, mantienen la esperanza de un cambio notable. Lo mejor, sin duda, será que pese a todo el horizonte de expectativas, el país realmente cambie a una mejor situación.
Aún no llega formalmente a la presidencia y las opiniones se polarizan cada vez más. AMLO se ha convertido en una figura demasiado mediática que se ha puesto en el ojo de la crítica. Ha hecho muchos anuncios, consultas y entrevistas que dejan muy abiertas las opiniones a los expertos. Parece que lo mejor es esperar y mantenerse escéptico con cada uno de los procesos.
Sin embargo, algo que también es tema de disputa es la situación en la que se queda el país tras el sexenio de Enrique Peña Nieto. En un pequeño recuento de las situaciones más problemáticas que se vivieron en el país en estos seis años, sobresalen el tema de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, el incremento en la inseguridad en toda la República, así como las horrorizantes cifras que marcaron los feminicidios en todos los estados.
Otro tema caótico es la Reforma Educativa, cuyos posibles efectos no se verán sino hasta tiempo después, tanto en materia de calidad del alumnado como en los docentes. Un tema que no debería preocupar solo a quienes están directamente afectados en el mundo burocrático escolar, sino a todas las personas conscientes del poder de la educación en cualquier sociedad.
En materia de relaciones exteriores, quedamos como ridículos cuando se invitó al ahora presidente estadounidense, Donald Trump, en una ceremonia con alfombra roja y caravana. Otro asunto más reciente, pero sumamente alarmante, son las recientes declaraciones del abogado de Joaquín “El Chapo” Guzmán que vinculan sobornos con las dos presidencias pasadas: Peña y Calderón.
Y así, un triste y continuo etcétera que solamente deja ver la crítica situación en que de nuestro país durante esta transición que ya está ocurriendo. No se necesitarán los primeros días ni las primeras semanas de la nueva presidencia para que la incertidumbre tome un lugar común en todos los aspectos de nuestra sociedad. Ya está pasando. Solo queda estar muy al pendiente de todos los movimientos políticos y sociales antes de que todo explote. Recordar siempre que la posición crítica será fundamental para tratar de alzar a voz.