El movimiento del Muralismo mexicano nació a principios del siglo XX, encabezado por Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco, y uno de los objetivos fue la unificación nacional después de años de guerra interna con la Revolución Mexicana. Esta corriente artística plasmó la historia de nuestro país en los muros de los edificios más emblemáticos del país, gracias al impulso del entonces presidente Álvaro Obregón y el secretario de educación José Vasconcelos.
Rodeado de este contexto en 1941 llegó a México el fotógrafo colombiano Leo Matiz quien participó ese mismo año en una muestra colectiva de artistas colombianos en el Palacio de Bellas Artes.
Aquella muestra reveló la fuerza e intensidad del intercambio cultural entre México y Colombia, representada por un diálogo fecundo y apasionado de los diversos movimientos artísticos de principios y mediados de siglo. Matiz, considerado un fotógrafo errante, se convirtió en un cazador de imágenes, siendo la realidad social su principal inspiración.
En entrevista para Ibero 90.9, la curadora fotográfica de la exposición, Estela Treviño, comentó:
“El acervo del Palacio de Bellas Artes se basa en sus murales, nuestro reto fue crear un diálogo entre los modelos que utilizó en los murales de Siqueiros y las fotografías de Leo Matiz.
Hay que recordar que Siqueiros era una persona muy innovadora que utilizó pintura de aviones y el aerógrafo, lo que lo llevó a utilizar a la fotografía como un bosquejo, siendo un ahorro de tiempo para él, teniendo la posibilidad de que esas mismas fotografías las podía usar en diferentes trabajos y diversos tiempos.
La fotografía dio versatilidad a su trabajo pero sobre todo le dio estos encuadres de poliangularidad que de otra forma hubiese sido imposible tener de un modelo al natural”.
Fue entre los años de 1941 y 1947 que Matiz quedó sorprendido por el movimiento muralista nacional después de realizar un fotoreportaje sobre David Alfaro Siqueiros, de donde nace la posibilidad de crear un diálogo entre la pintura mural y la fotografía.
Guiada por la dirección de Siqueiros, la lente de Matiz se convirtió en un ojo perceptivo para el artista, una herramienta que lograba captar diversas poses, modelos y composiciones sin necesidad de repetirlas o tenerlas presentes. De esta colaboración es que nacen obras como el proyecto mural Cuauhtémoc contra el mito, y los tableros Tormento de Cuauhtémoc y Apoteosis de Cuauhtémoc, actualmente albergados en el Palacio de Bellas de Artes.
Cabe destacar que Matiz no sólo tuvo en su momento buenas colaboraciones con Siqueiros, sino que también las consiguió con José Clemente Orozco, de quien captó escenas poco vistas, pues crea imágenes estéticas del trabajo de dichos pintores acompañándolos en sus estudios.
1947 se convirtió en uno de los años más amargos para Matiz quien, tras abandonar México luego de un debate público con Siqueiros, siguió su trabajo en diversas latitudes del orbe y publicó sus fotorreportajes en revistas como Life, Norte, Selecciones Reader´s Digest, Harper´s Magazine y Look.
A cien años de su nacimiento, el Antiguo Colegio de San Ildefonso, el Palacio de Bellas Artes y la Fundación Leo Matiz celebran al reportero gráfico y artista visual que logró capturar con su lente parte de la memoria de México, convirtiéndose en un referente del arte de la fotografía.
En entrevista para Ibero 90.9, Alejandra Matiz, presidenta de la Fundación Leo Matiz e hija del fotógrafo, dio sus impresiones acerca de esta exposición:
“Por fin se reivindicó a Leo Matiz. Hace setenta años mi papá tuvo que dejar México muy triste, no supo qué pasó, se equivocó, al final era una colaboración entre dos artistas y él fue el que perdió.
Dejó un país maravilloso donde mi papá había crecido mucho, incluso ya estaba haciendo cine, donde se consolidó como uno de los diez mejores fotógrafos del mundo. Fue muy triste, años muy duros para mi papá, entonces estoy feliz porque México le rinde un homenaje trayéndolo a su recinto más importante como lo es Bellas Artes.
Creo que esta exposición ayudará a los mexicanos a entender el gran amor que Leo Matiz le tenía a este país; el gran amor que le tengo yo a mi papá; y es una forma de recordar su trabajo, su libro Los Hombres del campo es una forma de agradecimiento a este país todo lo que dio".
Ibero 90.9: ¿Recuerdas alguna anécdota que te contó tu papá de su estancia en México?
“Una de las anécdotas más preciadas por mi papá era cuando se juntaban a fumar Marihuana con Agustín Lara en el Folies Bergère. Le hizo los primeros castings y desnudos para el cine a Maria Felix y su gran amistad con Clemente Orozco. Son muchos recuerdos y un orgullo que como latinoamericano mi papá aportó tantas cosas a este país”.
Leo Matiz: el muralista de la lente. Siqueiros en perspectiva forma parte del Año Dual México - Colombia y se presenta en el Palacio de Bellas Artes del 4 de agosto al 15 de octubre de 2017 junto a una serie de actividades académicas que comprenden charlas dedicadas al trabajo de Leo Matiz así como una caminata fotográfica por el Palacio de Bellas Artes y el Polyforum Siqueiros.