El 3 de febrero de 1959 es de los pocos días en la historia del rock, tal vez el único, que goza de un nombre que sustituye las cifras y el mes por un título que intenta cicatrizar la herida de un acontecimiento, dando a entender que sólo se comprende la historia a partir del antes y el después de tal fecha. “El día que murió la música” tiene su origen en la muerte de tres músicos en un accidente aéreo: The Big Bopper, Ritchie Valens y Buddy Holly. Este epíteto no proviene sólo por tratarse de una masiva muerte de músicos, sino porque se trata de la muerte de uno de los pilares del sonido del rock and roll y del rumbo que tomaría después de este día.
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Charles Hardin Holley, mejor conocido como Billy Holly, creció en una familia que gustaba de interpretar música en casa, aunque nunca de manera profesional. A la edad de 15 años, esta futura estrella tocaba a la perfección la guitarra, la mandolina, el banjo, el violín, entre otros, además de que había desarrollado una gran habilidad vocal. En 1954, teniendo 17 años, se une con un amigo de la escuela, Bob Montgomery, para formar el grupo Buddy & Bob, acompañados de un contrabajista y un baterista. Tras presentaciones en escuelas, iglesias y demás sitios, este dúo le abrió varias fechas a Elvis Presley en 1955, lo cual les valió la amistad de El Rey y el orientar su sonido hacia el naciente rock and roll, pues tenían una mayor inclinación al country en sus inicios.
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En 1956, Bob Montgomery abandona el grupo y Buddy Holly comienza a presentarse en solitario con el soporte de sus otros compañeros y con los que grabaría su primer álbum de estudio para Decca; sin embargo, no tuvo ningún impacto comercial y Holly fue despedido de la disquera. A pesar de ello, fueron contactados por el productor Norman Petty que les ofreció su estudio de grabación y cobrarles por canción y no por hora, de tal manera lograrían trabajar más tiempo en las piezas. Esta relación duraría de 1956 a 1958.
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De estas sesiones surge el primer sencillo “That’ll Be The Day” y que sería escuchado por la disquera Coral. Este cambio de Decca a Coral implicaba problemas legales para Holly, pues según su contrato no podía grabar nada en cinco años fuera de la primera compañía. Por ello, Petty decide registrar la canción al nombre de The Crickets y editarla con Brunswick Records, dejando a Holly fuera del trato para evitar demandas. Al ser liberado por Decca, tendría un contrato como solista con Coral y uno grupal con Brunswick, dando paso a una buena época con The Crickets con canciones como “Not Fade Away”, “Maybe Baby” y “Think It Over”.
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Ya a finales de 1958, Buddy Holly componía canciones más suaves, un tanto alejadas del ritmo del rock and roll (como “Well… All Right”), lo cual no le agradó del todo a sus compañeros de banda y, por lo mismo, deja The Crickets. Como estuvo fuera del trato cuando firmaron con Brunswick Records, el guitarrista empezó a tener problemas económicos al no recibir dinero de dicha banda. Esto lo obliga a vivir de sus presentaciones en vivo y unirse a una gira junto a Ritchie Valens y The Big Bopper.+ Tenían que cubrir 22 conciertos en un lapso de menos de un mes, lo que causó cansancio acumulado en el autor de “Peggy Sue”; por ello, decidió rentar un avión de 4 pistas que los llevaría a su siguiente destino, así descansarían más tiempo sin tener demasiados estragos físicos al final de la gira. Lamentablemente, el clima ni el piloto eran los propicios para hacer un viaje en avión, provocando la tragedia que todos conocemos.
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Hablar de la importancia de Buddy Holly implica abordar más de un aspecto. Por ejemplo, en los años cincuenta la escena del rock and roll estaba invadida por figuras como Elvis Presley, Jerry Lee Lewis y Chuck Berry, es decir, hombres salvajes en el escenario, rebeldes que estaban fuera de la norma social y que los hacía, de alguna manera, inalcanzables; la presencia de un joven delgado, sin mucha gracia física ni un peinado elaborado le decía a los jóvenes que también ellos podían crear su propia música, pues no sólo era una cuestión de imagen. Esto también se tradujo al nivel musical, ya que Holly trabajó más con la melodía aprovechando el uso de dos guitarras, mientras que su voz se oye suave e inocente comparada con la de los otros cantantes mencionados, que es más bien rasposa; por otra parte, escribía sus propias letras, algo que sólo los “profesionales” hacían, y que van más allá de un simple “Baby, I love you, la la la”. Tampoco se quedó conforme con la fórmula de guitarras, bajo y batería y experimentó con otros instrumentos; ejemplo de ello es “Everyday” donde utiliza una celesta, que es una especie de piano que en lugar de tener cuerdas tiene pequeñas láminas de metal.
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Con cinco años de carrera, de los cuales los últimos dieciocho meses fueron los más propositivos, le valieron a Buddy Holly el convertirse en la piedra angular del rock de las siguientes décadas, siendo uno de los primeros en ser ingresado al Salón de la Fama del Rock. Quizás nunca se pueda ver toda la importancia de este músico; lo que sí se puede hacer es seguir disfrutando de sus grabaciones y del legado en cada uno de los grupos que amamos.
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