La redención de los Red Hot Chilli Peppers: 'Blood Sugar Sex Magik'
Por: Marii Peanuts
Sin duda, 1991 fue una de las etapas más importantes de la música moderna, un fértil momento para la industria, que vio nacer lanzamientos que cambiaron el rumbo de la historia: Nevermind, Leisure, Ten y Screamadelica fueron parte de ese cambio, pero Blood Sugar Sex Magik de los Red Hot Chilli Peppers también forma parte del cuadro de honor de esa clase inaugural de los años 90.
Hablar de los Peppers significa hablar de caos. Desde que iniciaron su camino bajo el poco alentador nombre de “Tony Flow and the Miraculously Majestic Masters of Mayhem”, Red Hot han escrito una historia llena de subidas y bajadas, pero también de una explosión creativa.
Formados en 1983 –con Anthony Kiedis en la voz, Flea en las cuatro cuerdas, Jack Irons en la batería y Hillel Slovak en la guitarra– bastó poco tiempo para que la escena local volteara a verlos. Sin embargo, las drogas trajeron episodios muy oscuros para la banda. En el desenfrenado tren del consumo, los californianos pagaron su primera factura con la muerte de Hillel por una sobredosis de heroína, misma que provocaría la salida de Irons.
Reponerse de esas ausencias significó el primer paso hacia una prolífica carrera, pero no fue hasta el “Mother’s Milk” (1989) que gozarían de nueva alineación con la llegada de Chad Smith y John Frusciante. De pronto los oídos volvieron a ponerse en los Peppers, pero aún tendrían que esperar un par de años para comerse al mundo con la llegada del Blood Sugar Sex Magik, el álbum que provoca estas líneas.
La canción que da inicio a este viaje, escupe furia: “No otro maldito político haciendo nada más que algo por su propia ambición, lo que veo es locura”, el racismo y la desigualdad social no pasan desapercibidos para los de Los Ángeles California, la segunda ciudad con más mexicanos en el mundo. Con guiños a Public Enemy, leyendas del rap ochentero, también reconocidos por su activismo social y sus rimas combativas, “The Power Of The Equality” es un arranque contundente. El segundo track “If You Have To Ask” demuestra que esta vez los Red Hot lo daban todo. En palabras de Frusciante “antes del Blood Sugar Sex Magik jamás se había tomado algo tan en serio en su vida”.
Avanzamos con “Breaking The Girl”, una balada de amor turbulento entre Kiedis y Carmen Hawk, rola que nace de un: “Esto es lo que tengo, si quieres puedes usarlo”, palabras que John le dijo a Anthony en cuanto creó esa base de cuerdas de la que después Kiedis se encargaría de ponerle letra, usando botes que se convertirían en instrumentos para lograr arreglos muy particulares. La creatividad del cuarteto se pone de manifiesto y los patrones amorosos del padre de Kiedis y su conflictiva poligamia también.
La magia continúa con una serie de poderosísimos riffs de guitarra, entregados en “Funky Monks”, nombre que además recibe uno de los documentales que nos lleva a las entrañas de esa mansión en Hollywood en la que ocurrió la magia y en la que es clara la química y libertad en todos los aspectos entre los Red Hot Chili Peppers y su productor Rick Rubin.
Una bomba sexual se aproxima, cargada de un bajo funky y acompañada de una guitarra virtuosa; el disco parece reventar con ”Suck My Kiss”. Estéticamente, la portada dirigida por el cineasta Gus Van Sant, nos muestra los rostros dibujados de los cuatro y el entrelazamiento de sus lenguas alrededor de una rosa. El libro al interior del disco, además de tener escritas las letras a mano de cada canción por Anthony Kiedis, cuenta con un collage en el que se aprecian los tatuajes de Chad, Flea, Anthony y Frusciante.
Para el siguiente track la inspiración vendría de “All Along The Watchtower” de Jimi Hendrix, uno de los músicos más grandes de la historia del rock, y del fugaz enamoramiento entre Anthony y Sinead O’Connor, cantante y compositora irlandesa.
En su autobiografía Scar Tissue, Kiedis cuenta cómo fue que quedó flechado con Sinead en el 89, de gira en Europa y con la que se reencontraría tiempo después en Los Ángeles para intercambiar momentos juntos que sin mayor explicación terminarían con un: “Me marcho de Los Ángeles, no quiero que me llames ni vengas antes de que me vaya”, razón suficiente para que Anthony buscara a Frusciante y compusieran juntos “I Could Have Lied”.
“Mellowship Slinky in B Major” es la mejor forma de conocer una lista de los gustos de Kiedis, desde Los Lakers hasta Charles Bukowski, ésta es seguida por “The Righteous And The Wicked” en donde alzan la voz en contra de la guerra y nos recuerdan que vivimos en un planeta en deterioro.
Le sigue la lección que Nina Hagen le dio a Kiedis, “entre más das, más recibes” esta fue la detonante para escribir el primer sencillo del Blood Sugar Sex Magik: “Give It Away” en el que para el video vemos sus cuerpos platinados en el desierto y con el que ganaron mejor dirección artística, nominaciones en la categoría de mejor video alternativo en MTV junto a una rotación masiva en el canal musical más influyente de la època.
El siguiente es “Blood Sugar Sex Magik” tema que da nombre a este material que ve la luz el 24 de septiembre de 1991. La grabación inició después de su firma con Warner Bross y la elección de Rick Rubin como productor, quien los hizo salir de lo convencional y cambiar el estudio de grabación por una mansión en Hollywood.
Una parte del alma al descubierto de Keidis, que entra por los oídos, pero que se escucha desde el corazón es “Under The Bridge”. Reflejo de uno de los momentos más oscuros en la vida de Anthony, en la que su adicción lo llevó a tocar fondo, al punto de dejarlo sin nada, y acompañado únicamente por las salvajes calles de la ciudad de Los Ángeles, sin embargo, es justo ahí, bajo un puente, con una aguja en el brazo y con la soledad abrazándolo, lo que inspiró este poema que nunca tuvo la intención de ser canción, hasta que llegó a manos de Rick Rubin.
El éxito de este segundo sencillo fue rotundo, reventó la radio a nivel mundial y ha sido una caricia para el alma de millones de personas, incluyéndome.
El disco avanza y pasamos por los sonidos de “Naked In The Rain”, “Apache Rose Peacock” y “The Greeting Song” para llegar a “My Lovely Man”, tributo a Hillel Slovak, quien a sus 26 años murió a causa de una sobredosis. En esas líneas Anthony muestra el vacío que su guitarrista dejó y hace la promesa de encontrarse más adelante.
La irreverencia, elemento inherente de los Peppers, aparece en “Sir Psyho Sexy”; con sus más de ocho minutos de funky e hipnotismo nos acerca al final del disco que llega con los breves pero concisos ”They’re Hot” y su doblete tributo a Hendrix “Little Miss Lover” y “Castles Made Of Sand”.
Así termina un derrame brutal de creatividad y sonido, un disco que dejó atónito a 1991, la catapulta a su primera gira mundial y la inevitable globalización que imprimió sus rostros en las portadas de California y Taiwan. Un éxito arrasador, lleno de poesía, sexo y funk que más adelante alejaría a su mejor guitarrista, John Frusciante.
Culmino este texto citando a John al terminar de grabar este álbum: “Mientras permanezcamos juntos y mantengamos el amor entre nosotros y el amor por la música, no hay forma de fallar.”
@mariipeanuts.