La primera edición del CONTRL FEST sorprende con un gran cartel
Fotos por Montserrat Aguilar.
La primera edición del CONTRL FEST en la Ciudad de México fue recibida por una espectacular tormenta. Árboles caídos, calles cerradas por el granizo y el caos que esto generó retrasaron a buena parte del público. Minutos antes del arranque del primer talento de la tarde, personal del Pepsi Center trataba de secar frenéticamente los grandes charcos que se formaron dentro del venue. También, una puerta de cristal en el acceso a Prensa reventó por las fuertes ráfagas de viento.
A pesar de lo anterior, a las 5 en punto de la tarde saltó al escenario el joven prodigio y arquitecto Takami Nakamoto con su proyecto NONOTAK Studio, una colaboración con la ilustradora Noemi Schipfer, concepto que surgió a raíz de la creación de un mural en el lobby de un edificio parisino. La instalación de luz y sonido presentada por el dueto fue muy bien recibida por los pocos asistentes que se encontraban en el lugar; bajo un ambiente etéreo, inmersivo y de ensueño, capturaron la atención de la gente. Espacio, sonido y visuales cinéticos monocromáticos. Música deconstructiva llena de energía, un performance que hubiera merecido un mejor horario.
Después tomó el escenario Tom Furse, con un live set bastante movido y muy aplaudido. Aún con poco público, el bajista de The Horrors comenzó a subir la temperatura con su propuesta electrónica con tintes de jazz de vanguardia. Este multi-instrumentista siempre ha mantenido vivo su amor por la electrónica clásica, y tiene una vasta colección en archivos con los que procesa, modifica e improvisa. Mientras NONOTAK Studio apeló más al intelecto de la audiencia, Furse comenzaba a movernos con ritmos techno y una muy buena mezcla de diversos elementos sonoros. La fiesta comenzaba.
Poco antes de las 7 de la noche, el miamense Richard Devine tomó los controles para ofrecernos un gran set experimental, con capa tras capa de sonidos fuertemente procesados. Su estilo, una combinación de glitch con electrónica clásica y moderna, nos invitó a cerrar los ojos y disfrutar de los diversos sonidos que, lejos de un BPM 120, te sumergen en un paseo complicado pero bello, saturado pero libre. Devine es un de los productores más talentosos y prolíficos de la escena neo-electro de Miami. Pero este viejo lobo de mar tiene toda una trayectoria, en la que ha trabajado re-mixeando a genios como Aphex Twin. Sus breakbeats y señales digitales procesadas son un deleite necesario en la escena electrónica.
Llegó entonces el momento de The Horrors. Los ingleses tomaron el escenario y el público rugió con su presencia, sin embargo no fue un show que sorprendiera o que arrancara los aplauso del público. Durante 1 hora y 15 minutos, los de Londres hicieron lo suyo, mostrando su estilo oscuro, crudo que rememora al synth-pop, al post-punk de los 80s e incluso al dance de los 90s. La energía de los fans se sentía en el venue, pero conforme avanzaron los minutos, la emoción fue decayendo y cerraron su participación con un nutrido aplauso por parte del público, pero nada especial, faltó esa pasión que se siente en el aire cuando estás frente a un gran show. Tal vez fue una noche difícil para la banda, estas cosas pasan, pero faltó esa magia necesaria para conectar con los fans.
Los mexicanos Década 2, proyecto formado en la CDMX en 1985 por Mateo Lafontaine y Mario García tuvieron la oportunidad de estar en el escenario durante 40 minutos para mostrar su estilo industrial, electro, minimal synth y Electronic Body Music (EBM). Secuencias potentes y repetitivas pusieron a bailar al público, con este techno hecho en México, y bien hecho. Este dueto lleno de vigor sabe lo que está haciendo: sus secuencias armónicas energéticas y atmósferas densas suenan muy en serio, y más en conjunto con las voces procesadas. Una electrónica provocadora y altamente disfrutable, perfecta como preludio a Front 242. Bien recibidos por el público, los mexicanos tuvieron una buena noche en el escenario.
Llegó el turno para Black Line, proyecto de colaboraciones basadas en la experimentación sonora, usando diversos tipos de tecnología hi y low tech para forjar su característico sonido. Este proyecto en evolución constante fue creado por el productor Cyrusrex, quien ha trabajado con artistas como Skinny Puppy y Depeche Mode, y por Douglas J. McCarthy, miembro fundador de Nitzer Ebb, nada más y nada menos. Acompañados por otros músicos que suman con ideas al sonido de Black Line. Percusión, sintetizadores, guitarras y voces combinadas con gran estilo, generaron estructuras sonoras electrónicas que tienen un amplio rango, desde electro industrial más amigable hasta lo más emocional, con algunos pasajes esotéricos.
Y entonces llegó el momento para recibir a la leyenda. Gary Numan saltó al escenario poco después de las 11 de la noche para dar un show memorable. Con una producción de sonido espectacular, el fundador del synth-pop arrancó los aplausos del público durante su set, en el que no faltaron los clásicos como “Cars”, canción que definió el sonido new wave, o “Are Friends Electric?”, otra joya sonora. Durante los 80s el británico fue un pop star y un creador constante de hits. La noche del sábado, el público nos rendimos ante esta poderosa personalidad. Con visuales post-apocalípticos sobre la lucha por la supervivencia en esta humanidad que cae inevitablemente, el show fue emocional, nostálgico, potente y preciso. Los músicos de Numan ejecutaron a la perfección y la vibra que transmite a sus casi 60 años es muy energética, es toda una fuerza de la naturaleza, una estrella verdadera, y eso el público lo recibe. A momentos, podrías cerrar y pensar en que frente a ti estaba Trent Reznor y compañía, por los sonidos, por la composición, por la oscuridad inherente en conjunto con una sexualidad latente. Después de 1 hora y media de gran música y showmanship, Numan cumplió con creces con sus fans más aguerridos y con el resto del público, quienes lo ovacionamos fuertemente al término de su set.
Después del show de Numan, el público estábamos más que listos para Front 242. La alineación de la noche contó con Jean-Luc de Meyer, Daniel B., Patrick Codenys, Richard 23 y Tim Kroker, quienes con su original y agresivo sonido industrial-EBM-techno dieron un concierto memorable para todos los fans mexicanos. En cuanto el PA reventó con sus frecuencias, el baile comenzó. Canciones como “Commando Mix”, “Im Rhytmus Bleiben”, “Body To Body” o “Happiness” hicieron vibrar el recinto con su potencia sonora. Un escándalo tecnológico e inteligente, es lo que nos ofrecieron desde el escenario. El vocalista Meyer conectó con el público con algunas frases en español, nada muy elaborado, pero esto siempre genera empatía y provoca la reacción de la gente. Un buen show, firme y consistente, potente. Estos cracks han sido una influencia importante para la escena industrial desde hace décadas, y años después, su nivel performativo sobre las tablas está intacto. La música es la que habla, y Front 242 dió una cátedra el sábado por la noche. Pero lo más importante es la comunión emocional que generan con su público. Larga vida a Front 242.
Después de casi 10 horas de estar en el venue, llegó el momento para ver al maestro Luke Vibert. Ya sea su trabajo como Wagon Christ, Plug o Kerrier District, el nativo de Inglaterra ha sorprendido en todo momento de su carrera. Este es un visionario sonoro, un arquitecto musical surrealista, un fuera de serie que ha creado su propio planeta auditivo. Vibert comenzó su set casi a las 3 de la mañana, y los pocos que quedamos en el venue bailamos y disfrutamos de su genialidad/locura con breakbeats perfectos y experimentación digital. Conforme avanzaba con un gran set, el venue seguía vaciándose, desafortunadamente. Y, aunque su show terminaba hasta las 4 de la mañana, a las 3:30 de la madrugada apagaron audio y prendieron luces.
Un gran cartel del CONTRL FEST en su primera edición, con talentos de primer nivel y propuestas muy interesantes. Los horarios propuestos por el festival provocaron comentarios entre la gente. Tal vez artistas como Nakamoto merecen un mejor spot en la curaduría del evento. Además, es una lástima que, al menos para la gente que pagó el boleto y aguantamos hasta altas horas de la noche para ver a la leyenda, no se respetara el horario con Luke Vibert sin mayor explicación. Una falta de respeto para el público y para el artista.
Encuentra a Leo Moreno en Twitter como @protopeople.