El tinte político en la noche los Oscar
La batalla de las causas justas surgió en el escenario del Dolby Theatre y todos querían ser partícipes de ella. La noche más importante para la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas tuvo lugar el fin de semana pasado y una vez más, como ya es costumbre, la noche de premiación se tornó política desde el primer momento.
La hegemonía ganadora desde 2013 a 2019 de directores mexicanos en la categoría Mejor Director, sólo interrumpida en 2016 cuando Damien Chazelle se llevó el galardón por La La Land, ha dado de qué hablar en un país con una visión política agria hacia la población migrante y más específicamente hacia la migración indocumentada. González Iñárritu, Cuarón y Del Toro, el tridente fílmico mexicano más arrollador que ha conquistado -muy ingeniosamente- la retina estadounidense siempre ha aprovechado la oportunidad para reivindicar su origen y han exaltado la causa migrante como su consigna política.
Pero no todo fue Roma. La noche estuvo llena de personalidades artísticas que hicieron ver sus convicciones políticas en un escenario que fue visto por más de 10 millones de mexicanos y 25.5 millones de espectadores a nivel mundial.
Inmediatamente, en su primera intervención, la actriz, cantante y comediante estadounidense Maya Rudolph exaltó el sentir de los asistentes:
"Una pequeña actualización en caso de que alguien esté confundido, no hay un anfitrión hoy, no habrá una categoría a Mejor y México no pagará por el muro."
Entre risas, algunas atoradas, y aplausos, la comediante conectó temas culturales con asuntos políticos, tanto para Estados Unidos como para México.
El mes de la historia negra
Sin embargo, la noche tuvo su discurso más reivindicativo a través de la voz de Spike Lee, director de BlacKkKlansman, quién al subir al escenario tras haber ganado su primer Óscar al Mejor Guión Adaptado advirtió que el tiempo que le daban en escenario no le bastaba para expresar su sentir:
“El día 24 de este mes pueden ocurrir milagros, porque es el mes más corto del año y porque es el mes de la historia negra. Empezaron a robar a nuestros antecesores de África y se los llevaron a Virginia a trabajar como esclavos. Mi abuela era esclava y consiguió ir al colegio.
“Consiguió que yo fuera a la universidad. Por eso quería alabar a los que vivieron el genocidio del pueblo negro. Tenemos una deuda con ellos. Tenemos elecciones en la esquina, estemos en el lado correcto de la izquierda. Entre el amor y el odio, hagamos lo correcto”.
Las ovaciones en la sala no se hicieron esperar, la reivindicación de la comunidad afroamericana en Estados Unidos tenía su momento más álgido de la noche. Además de hacer un guiño político de cara a las elecciones presidenciales de 2020 en Estados Unidos.
Las intervenciones de Diego Luna y el chef José Andrés Puerta para introducir la breve proyección de ROMA en el Dolby Theatre, no desaprovecharon el momento para hacerse notar su activismo político.
Diego Luna dijo:
“Ya nos abrieron la puerta y nos sacan de aquí”
Sobre la película, José Andrés Puerta agregó:
“Y esta preciosa e íntima película, que da voz a quienes no la tienen, nos recuerda la comprensión y compasión que todos le debemos a las personas invisibles de nuestras vidas: inmigrantes y mujeres que hacen que la humanidad avance”, ganándose la ovación general.
Hacia el ocaso de la noche, el ganador del Óscar por Mejor Actor en 2008, Javier Bardem dijo: “No hay fronteras, no hay muros que frenen el ingenio y el talento. En cada región, en cada país, en cada continente del mundo hay historias que nos conmueven y esta noche celebramos la excelencia y la importancia del idioma en diferentes países”.
La noche de la entrega de los premios de la Academia hace mucho dejó de ser un protocolo artístico. La noche del 27 de marzo de 1973 el premio a Mejor Actor lo había ganado Marlon Brando por su participación en la destacada cinta El padrino, sin embargo; al escenario subió la activista pro derechos de los indios y aspirante a actriz Sacheen Littlefeather (Pequeña Pluma), quien leyó un posicionamiento respecto al maltrato que los indios americanos han recibido por parte de la industria cinematográfica estadounidense y además, rechazó el Óscar.
En años más recientes, en 2016, tras la nominación y posterior obtención del Óscar, Leonardo DiCaprio habló sobre el cambio climático como problemática contemporánea desde el podio del Dolby Theatre.
Independientemente de las diferencias personales sobre los resultados -desde un enfoque meramente artístico- sobre las premiaciones de la Academia, el buen o mal sabor de boca, la noche de los premios Óscar triunfó como coliseo de la lucha a través del arte. La poética de la lucha expresada en el escenario se hizo sentir buena parte del evento.
La noche política del 24 de febrero de 2019 se asemejaba al trabajo de Silvestre Revueltas en su composición musical “La noche de los mayas”, que en palabras de Contreras Soto, es altamente emotiva, dramática y brillante. Así fue la noche de los premios Óscar en términos políticos, un escenario del que todos se apropiaron y expusieron sus pequeñas luchas, dramáticas realidades trasladas a la pantalla grande a través de emotivas y brillantes escenas.
La noche del domingo 24 de febrero en el Dolby Theatre da paso a la reflexión que todo acto cultural deviene en político, más puntualizado aún que los espacios culturales son hoy en día férreas arenas de duelo político sobre las cuáles, directores, actores y colaboradores de la industria fílmica con convicciones políticas se han apoderado.
Sin embargo, también nos invita a pensar en qué medida dichas luchas individuales mueren al día siguiente y cuáles siguen. Resultaría interesante también ser críticos con todo lo que frente al escenario se dice y la coherencia de las acciones de los personajes, para poder hacer un juicio honesto de lo expresado esa noche.
Queda en nosotros encontrar el punto adecuado entre la crítica y lo banal de la noche para hacer un buen ejercicio de análisis de la cobertura política tienen eventos culturales como este.
* Los puntos de vista planteados en este texto no representan la postura institucional de Ibero 90.9, sólo los de su autor.