La Gusana Ciega a 20 años, una banda consagrada en un festival imperdible
La Gusana Ciega, banda chilanga formada en la década de los noventa y uno de los mayores referentes del rock nacional; habiéndose presentado en la primera y en diversas ediciones del Vive Latino, tienen todas las tablas y experiencia para contarnos cómo ha evolucionado el festival y la escena musical nacional.
Tuvimos la oportunidad de platicar con Lú Martínez (bajista de la banda) sobre lo que nos presentarán en el festival:
AV: Ustedes que son una banda referente del rock nacional. Una banda con experiencia de muchos años y que de hecho estuvieron en el primer Vive Latino. ¿Cómo ha sido la evolución del festival para ustedes?
LM: Lo que pensaría es que en el primer Vive Latino no sabíamos qué iba a pasar, y lo que ha pasado es, claramente, ese crecimiento impresionante en cuanto a la importancia que tiene. Entonces se genera muchísima energía. En algún momento, alguien te puede decir: “Ya ni pone nervioso tocar ahí”, pero en realidad tiene mucho más peso que antes, es un compromiso. Se carga mucha energía para un Vive Latino, nosotros estamos preparándonos y es muy emocionante.
AV: Como tú dices, el mismo crecimiento ha integrado a bandas muy pesadas como los headliners que hemos tenido últimamente. Eso seguramente debe agregar más nerviosismo, ¿no?
LM: Totalmente. En general son muchas cosas. Es en realidad que está en boca de todos y es esa energía, esa expectativa que se acumula. Eso ya venía pasando, en el último Vive Latino que estuvimos. Fue mucha emoción antes de subirnos y eso sigue ahí.
AV: Pienso que las bandas por más consolidadas que estén, por más años que lleven, jamás deben perder ese nerviosismo antes de subir al escenario. Esa emoción de ver a la gente. Al fin y al cabo están viviendo su sueño y nunca perder eso.
LM: Me parece que sí, y en ese sentido La Gusana Ciega está en un momento muy padre, donde en realidad nos encanta subirnos a tocar y nos encanta lo que pasa el día a día. Mientras estemos tocando, eso es lo que queremos hacer.
AV: Supongo que también es otra dinámica el hecho de tener miembros nuevos como Roger Dávila, por ejemplo.
LM: Totalmente, es un agasajo que estén ahí con nosotros Roger y Luis Yáñez, que es amigo de hace muchos años. Estamos muy contentos en cuanto a las opciones y los recursos que tenemos en el escenario, de las cosas en las que podemos echar mano.
AV: Personalmente me gusta ponerle personalidades a los festivales: el Corona se me figura como el hipster que vive en la Condesa; Bahidorá, un niño fresa que abusa de sustancias... ¿Qué personalidad le pondrías al Vive Latino?
LM: Yo creo que el Vive Latino es el chilango que tiene tantas facetas, pero que vive en una ciudad que de repente estamos tan inmersos en ella, que no terminamos de darnos cuenta de lo que sucede a nivel personal. El chilango tiene tanto que decir y vive en una voraz e impresionante ciudad. Ese es el personaje del chilango que está en el Vive Latino.
AV: Y ustedes como una banda chilanga ya de varios años, me da curiosidad cómo era la escena en los noventa. Los eventos masivos en CU, otros en el parque de Huayamilpas, tocadas en las que se juntaba mucha gente, que eran gratuitos o que costaban muy barato, en los que había portazos. ¿Cómo se vivía entonces el rock nacional?
LM: Básicamente eso que acabas de decir, había miedo. Nos decían que generaciones anteriores no habían tenido las oportunidades que ya estábamos teniendo los jóvenes, de la existencia de mega eventos y que era poco probable de que los saldos fueran blancos. Yo creo que había el gran mito de que habría problemas, de que iba a haber accidentes, y yo creo que en los noventa comenzábamos a ver que era posible que creciera nuestra sociedad para albergar eventos como ese, y hoy es una comprobación; es una realidad.
AV: Eso dio inicio también a el Vive Latino, y supongo que había esa expectativa de que iba a ser como un evento de ese tipo, ¿no?
LM: Yo creo que nadie sabía lo que iba a pasar, la verdad. Quizá alguien súper visionario. Pero nosotros estábamos viendo apenas qué era lo que iba a pasar. No alcanzábamos a contemplar lo que está pasando ahora.
AV: Creo que nadie podía ver los alcances a través de los años y a cuánto público nuevo ha llegado. Actualmente vas a un Vive Latino y hay jóvenes, adultos, niños, un poco de todo. ¿Cómo es presentar sus canciones nuevas y clásicas a esta nueva generación?
LM: Justamente lo vemos siempre como la oportunidad y el reto de que las nuevas generaciones volteen a vernos y oigan nuestra música. Es un privilegio ver que sí sucede. Mientras eso pase, sabemos que estamos sembrando y ese es el gran reto. Los niños/jóvenes/adolescentes de los 13 a los 16 años están viviendo un momento en el que el corazón está muy abierto, que eso que oyen se va a quedar siempre, y nos pasa a todos. Cuando tenemos esa edad, o la música que nos recuerda a esa edad es la que hace el parámetro para oír otras cosas.
AV: Definitivamente, ya de adulto llega la melancolía de la música que escuchabas de adolescente y como que desarrolla todos tus demás gustos musicales.
LM: Exacto, yo creo que todo parte de eso. Yo no sé si eso tenga un nombre, pero es un fenómeno que he visto que le sucede a todos. Los parámetros de la gente cuando escucha música, son referentes a lo que escuchaban cuando tenían el corazón abierto al empezar la adolescencia.
AV: Qué bonito suena lo del corazón abierto, en tu caso ¿cuál sería la música que te recuerde a esos momentos del corazón abierto?
LM: Para mí, Queen; no necesariamente era mi momento, pero también Pink Floyd, eran bandas que yo estaba conociendo en Retroactivo; también Led Zeppelin. Básicamente esas tres fueron referente. También la música disco, la oía en la primaria, y a mí me marcó totalmente.
AV: Es música que uno escuchaba de sus hermanos o de sus papás. ¿Eso sucedió en tu caso?
LM: Así es, también los amigos rockeros de la escuela. Que eran tus héroes y que conocían cosas que venían de Inglaterra o de Estados Unidos. En México ahora compartimos mucho más esta globalización en donde puedes tener acceso a mucha más cantidad de música. Quizá los chavos no sepan que en los setenta/ochenta estábamos más alejados y menos transculturados. Era una oportunidad de repente que te sorprendiera música. También recuerdo la primera vez que oí a Camel, cómo me sorprendió; te abre los ojos y dices: “Wow, esa música viene del espacio”.
AV: Pocos conocen que en ese entonces prácticamente estaban prohibidos los conciertos de rock. Creo que el primero fue el de INXS, era algo que no se acostumbraba o estaba mal visto, al menos en la ciudad. Ahora hay otra dinámica a la hora de ir a un concierto y conocer música nueva.
LM: Totalmente, la perspectiva es diferente. Lo que pasaba también era que en este tipo de producciones como lo que dices de INXS, o la primera vez que vino Queen, las bandas tenían que traer mucho equipo. Los equipos se han vuelto mucho más eficientes y realmente forman parte de un proceso donde nos podemos abrir más y no esperar a que vengan con ello. Los artistas de fuera vienen a México sabiendo que hay buen equipo. Eso no pasaba, ellos tenían que traer su propio equipo y era noticia que habían entrado catorce trailers y que venían atravesando la república para instalar el concierto en Puebla, hablando de Queen. Ya no es así, hay mucho equipo en México y con la calidad que quieras. En ese sentido ya vivimos otra realidad, con muchas más facilidades técnicas. Eso hace posible que venga Jamiroquai y ahora Phil Collins. Estamos hablando constantemente de conciertos de primer nivel y de música que conocemos desde hace veinte años en México. Además, México también ahora exporta mucho más que antes.
AV: También las personas han cambiado, en cuanto a la decisión de formar parte del medio musical. Antes no había tantas oportunidades, ni siquiera existían las carreras formales de “ingeniero en audio” o “productor musical”.
LM: Totalmente. Teníamos un atraso quizá de hasta cincuenta años en relación a eso, y afortunadamente ese atraso se ha acortado. Yo creo que sí nos llevan la ventaja, tenemos mucho que aprender todavía, pero esa brecha se ha hecho mucho más pequeña y los vamos a sorprender en cualquier momento a los países del primer mundo.
AV: Esa brecha todavía está presente, pero sí he visto una evolución constante en el medio mexicano y esperemos que esa sorpresa pase pronto.
LM: Con la tecnología eso es un hecho. Ahora lo que está en juego es el talento. Todo el mundo puede tener una computadora ahora y es lo que está haciendo los discos. Ahí están mezclando los conciertos. Los ingenieros mexicanos son muy buenos, eso sí te lo puedo decir, tenemos excelentes ingenieros.
AV: Regresando un poco al Vive Latino, ¿qué es lo que están preparando?
LM: Tenemos preparada una canción, que ya se puede escuchar Borregos En La Niebla 1 feat. Dr. Shenka, eso es un poco del previo, y sorpresas que estamos preparando para el escenario.
AV: ¿Tendrán invitados en el escenario?
LM: Sí, nuestros invitados son parte de una promoción, que es gente que está subiendo su video para que elijamos a tres y se suban a tocar con nosotros. No conocemos todavía quienes van a subirse. Es un concurso; es mucha responsabilidad decirlo, pero puede cambiarle la vida a alguien este Vive Latino.
AV: Dr. Shenka toca un día antes, ¿hay posibilidad de verlo tocando con ustedes en el Vive Latino?
LM: No nos ha dicho si sí se va a subir… No, sí se va a subir.
AV: Para terminar, de forma muy abreviada, ¿qué significa el Vive Latino para ti?
LM: Emoción y adrenalina.
La cita es el domingo 18, en punto de las 19:05, en el escenario Escena Indio. Un acto obligado del rock nacional. Ya sea por su experiencia en el festival como una banda avezada, o para quien esté en plena etapa del corazón abierto, este podría ser un referente para los futuros y melancólicos gustos musicales.