Estamos a unas horas de iniciar el Corona Capital 2013. Y de aquel cartel original que lucía pletórico, hoy podemos restarle a Squarepusher, Conor Oberst y Death Grips. Para rematar, el último que canceló, es un DJ de origen español, su nombre es Oriol Riverola y todos lo conocemos como John Talabot. De los anteriores, los organizadores argumentan cuestiones de logística, con Talabot la cosa cambia. Él mismo canceló la gira por cuestiones de seguridad. Con asuntos de este tipo y de integridad personal, hay que tomar las cosas con pincitas.
Esta historia comienza con los también españoles Delorean, quienes después de su participación en el festival MUTEK en el DF, fueron víctimas de un llamado “secuestro virtual”. El término “virtual” puede ser malentendido o incluso incomprensible. Lo que pasó fue un intercambio de llamadas entre los familiares de Delorean, la misma banda y los supuestos secuestradores, quienes mediante llamadas telefónicas hacían creer a las víctimas cosas tan terribles, como que mandarían “en trocitos” a los músicos de vuelta a casa en una caja de zapatos. Después de 48 horas y gracias al esfuerzo de la Policía Nacional de España, Ertzaintza —polémica policía autónoma del País Vasco, dispuesta a negociar hasta con la organización terrorista ETA—, Interpol y la Policía Federal Mexicana, los españoles salieron sin daño físico, aunque del psicológico no podemos estar seguros. Lo que sí, es que en un comunicado de prensa, los vascos señalan que no culpan a México y que “podría haberles sucedido en cualquier lugar del mundo” —a pesar de que han acontecido eventos similares con ciudadanos españoles en México durante los últimos 6 meses. Al parecer, John Talabot no piensa igual.
Podrán surgir infinidad de cuestiones. Por ejemplo, ¿por qué Delorean no contactó a los organizadores del MUTEK para informarles de las amenazas?, ¿de qué manera el MUTEK y cualquier otro festival cubre la seguridad de sus artistas?, si la banda tocó el viernes y el secuestro fue en domingo, ¿hasta qué día se debe responsabilizar un festival de sus artistas?, ¿qué tanto o qué tan poco se sabe de la situación de seguridad de México en España para que Talabot decidiera, sin más, cancelar su presentación?, o ¿la estancia en México es un peligro inminente del que se tenga que escapar? La situación, como ya se dijo antes, es delicada, merece ser tratada con cautela, pero creo que la tendencia —tanto del DJ español, como de los mexicanos en general— es sobrerreaccionar ante un evento que, si bien es deplorable y descalificable plenamente, quizá no ameritaba la cancelación de Talabot. Por momentos nos pone a dudar, ¿querría realmente venir a México? Es una pregunta dura y seguramente la respuesta pública es sí. Quizá el español en verdad se sintió amenazado como ciudadano español en territorio mexicano. Es más, tal vez sólo sean las ganas contenidas de ver a uno de los más aclamados músicos del momento, las que siembran la sospecha en mis palabras y en las de muchos otros. Una última pregunta se materializa, ¿Talabot dirá algo más —además de su tuit de cancelación— acerca del asunto?
Lo único cierto es que estamos a unas horas de iniciar el Corona Capital 2013 y, lamentablemente, lo haremos sin John Talabot y con varias preguntas al aire.