Convertir la oscuridad en luz: James Blake y su versión de "Godspeed"
En 2019, James Blake nos regaló uno de los mejores álbumes en su carrera musical y de los últimos años: Assume Form. El proyecto del músico británico, con potentes colaboraciones junto a André 3000, Travis Scott, Rosalía y Moses Sumney, alcanzó las cimas de las tablas desde su lanzamiento. Blake ha sido uno de los artistas que ha levantado la voz por una generación entera, irradiando emociones lúgubres y frías. Su nu-wave trip hop, mezclado con electrónica y downtempos, se ha cimentado por casi una década.
Su último sencillo, “Are You Even Real?”, también es una expresión nostálgica de todas estas emociones que ha manifestado desde su primer disco homónimo de 2011, en el cual incluyó un legendario cover de “Limit To Your Love”, uno de los tantos románticos temas de la artista canadiense Feist. Hacer un cover puede ser un cuchillo de doble filo, pero en esa ocasión James Blake lo tomó por el mango y salió ileso. Ahora, con su nuevo cover “Godspeed” de Frank Ocean, parece ser inmune a cortarse.
El pasado 10 de septiembre, el cantautor originario de Londres publicó su versión de la penúltima canción de Blonde, el segundo álbum de estudio de Christopher Edwin Breaux, quien ha sido otro de los grandes músicos que ha definido a la misma generación. El neo soul de Frank Ocean que ahora caracteriza al trabajo del músico californiano es relativamente nuevo, pues comenzó siendo uno de los raperos del conjunto Odd Future, fundado por Tyler, The Creator, en el que fraseaba junto a personalidades del rap como el mismo Tyler Okonma y Earl Sweatshirt. Poco después, se separó del grupo para convertirse en uno de los artistas más reconocidos de la década.
“Godspeed” es una canción que describe cómo Frank Ocean deja a un amante de forma casi amorosa; incluso, el título del tema significa “buena fortuna” o “buenos deseos”. La versión original utiliza coros tipo gospel para enfatizar aún más la situación espiritual que conlleva una despedida. El primer verso abre de la siguiente manera:
“I will always love you how I d
Let go of a prayer for you
Just a sweet word
The table is prepared for you.”
Detrás de sus palabras, un órgano entona lo que podría ser el inicio de una misa en alguna iglesia de Nueva Orleans, ciudad donde creció el prodigioso músico. Una despedida más allá del dolor y la frustración.
Por otro lado, James Blake tomó esa luz y armonía, que Frank Ocean depositó en su creación, y la escabulló a un rincón un poco más oscuro y denso. Aunque la melodía sigue siendo la misma, la voz del cantante londinense se reclina hacia una melancolía distinta. También optó por utilizar un piano en lugar de un órgano, por lo que el sonido fluye con menor eufonía y recae en una atmósfera turbia. Blake se mantiene fiel a su estilo sombrío y hace un gran tributo a nada más y nada menos que Frank Ocean.