"No solo es poner dispensadores de gel": La realidad de la vuelta a los museos en la pandemia
Para principios del 2020, el mundo contaba con un total de 95 mil museos, 60% más de los que existían hace ocho años. Sin embargo, un reporte de la UNESCO nos cuenta que durante la pandemia producida por COVID-19, el 90% de los museos tuvieron que cerrar sus puertas y abrirse a posibilidades electrónicas, o a la triste realidad de no volver a abrir.
La Ciudad de México no fue la excepción puesto que la mayoría de los museos tuvieron que cerrar por varios meses. Además, muchas galerías y espacios independientes se las están viendo difícil para volver a abrir. No obstante, no todo son malas noticias, pues durante estos meses, el consumo digital de contenido artístico ha crecido exponencialmente. La demanda se ha acrecentado junto con la oferta.
“El consumo de arte ha tenido matices distintos en tiempos de pandemia, algo que la sociedad ha demandado, se ha acercado, y también ha sido una buena oportunidad para que la gente que no se acercaba normalmente a estos recintos, pudiera hacerlo de manera digital. La crisis sanitaria nos demuestra de manera muy contundente que el arte ha seguido tejiendo sociedad a la distancia”, comenta Abraham Villavicencio, curador del Museo Franz Mayer.
Y es que muchas veces nos olvidamos de que las experiencias que se viven con y a través de los objetos artísticos ayudan a sublimar sentimientos, a revivir sensaciones, a tener espacios de reflexión, sorpresa y aprendizaje. Normalmente podíamos acudir a espacios físicos a experimentar esto, sin embargo, la nueva situación sanitaria nos ha obligado a hacerlo de diferente manera e incluso a explorar otras formas artísticas que se transmiten por medios poco convencionales.
Los espacios culturales necesitaban sumarse a la digitalización y el encierro los impulsó. Durante la cuarentena, los museos comenzaron a tener una presencia online más fuerte. Se produjeron muchas exposiciones digitales, así como un vasto contenido para redes sociales y proyectos de webinars para interactuar con la comunidad. Como, por ejemplo, el conversatorio con adultos mayores que realizó el Museo Palacio de Bellas Artes para celebrar el día de los abuelos.
Fabiola Hernandez, curadora del Museo de Bellas Artes, expresa al respecto: “Vivimos un momento muy interesante porque por primera vez nos dimos cuenta de que debíamos democratizar el acceso a la cultura, así como debíamos generar canales de comunicación mucho más diversos, que nos permitieran llegar a otros públicos”.
Con la experiencia cibernética, hipotéticamente podríamos pensar en los museos como un nuevo espacio al que se puede escapar sin salir de casa. Por otro lado, como ambos curadores mencionan, la definición de museo no va a cambiar porque los museos han sido pensados y concebidos como espacios arquitectónicos que exponen colecciones de piezas materiales y objetos físicos. Es decir, son espacios hechos para poner en contacto a las personas con objetos artísticos hechos para ser experimentados de manera presencial.
“Las obras plásticas son obras con las que se tiene interacción a partir de estar frente a ellas. La puesta en valor de los objetos no se da si no es apreciándolos de esta manera. Por otro lado, creo que la experiencia electrónica nos mostró que se puede repensar un espacio para arte virtual. Creo que es necesario pensar hoy en día en las posibilidades que nos ofrece la tecnología para dimensionar el espacio virtual como un espacio museográfico, pero un espacio museográfico para arte pensado y hecho en ese sentido, arte digital”, afirma Abraham Villavicencio.
Este último comentario del curador hace pensar en cómo sería un espacio digital al que no es que se entre con un avatar a manera de videojuego, a ver fotografías de piezas de arte plásticas ya existentes, sino un espacio totalmente pensado en el mundo web, donde se presenten piezas de arte pensadas para tal cosa. Quizá serían obras interactivas que jueguen con la percepción del espectador que navega en la web, tal vez se logren diferentes afecciones.
El mes pasado, Claudia Sheinbaum, la Jefa de Gobierno, comunicó que estos espacios culturales podían abrir al 30% de su capacidad, y aunque pocos museos reabrieron en agosto, cada día son más los que vuelven a recibir público. Sobre esto, es relevante recordar las palabras de Abraham:
“Todos los museos que están abriendo, lo han podido hacer porque tienen las condiciones de seguridad y porque se han hecho las capacitaciones debidas. Es decir, no fue algo improvisado de simplemente poner dispensadores de gel, sino que hay una estrategia en donde se piensa: cómo evitar aglomeraciones, cómo fomentar que la gente entre, pero que mantenga su recorrido. Sí hay un plan que se tiene que seguir. Es importante perder el miedo sin bajar la guardia. Vamos a vivir con esto durante un tiempo y hay que aprender a vivir con ello. Con estos cuidados y estas precauciones se puede disfrutar la vida, no como era antes porque estamos en una realidad distinta, pero se puede.”
Algunos de los museos que ya abrieron son: La Casa Azul (Museo de Frida Kahlo), Museo del Palacio de Bellas Artes, Museo Franz Mayer, Museo Nacional de Arte (MUNAL), Museo Soumaya, Museo Nacional de San Carlos, Museo Mural Diego Rivera, Museo de Arte Popular, Museo de Arte Moderno, MUAC, Museo Nacional de Antropología, Museo de Arte Carrillo Gil y Museo Nacional de Historia Castillo de Chapultepec y la exposición Van Gogh Alive, The Experience, presentada en el Monumento a la Madre.
Definitivamente será muy interesante presenciar hacia dónde se mueven las tendencias en el mundo del arte durante los siguientes años. Mientras tanto, con las debidas medidas de precaución, podemos volver a visitar los espacios museísticos en la CDMX.
