Un concierto de electro pop es para muchos la bienvenida ideal del verano; una noche para bailar, tomar y olvidar todos los quehaceres que tanto ocupan nuestras mentes. Es así como el dúo neoyorkino, Holy Ghost!, tuvo ayer su primera presentación en vivo (ya habían estado aquí, pero como DJ set) en la Ciudad de México. La cita fue a las 9 en el Plaza Condesa, y a pesar de la puntualidad de los mexicanos, el lugar estaba más lleno afuera que adentro, aunque después de unos minutos de organización, estos no tardaron en trasladarse al interior. Pocos minutos después, la banda salió a tocar sin hacer esperar mucho a su público, lo cual nos hizo muy felices. Era difícil imaginarse al dúo tocar en vivo, ya que gran parte de su música cuenta de sonidos ya producidos que simplemente tienen que ser “mixeados”. Sin embargo aprovecharon para dar un show completo. Millhiser y Frankel fueron acompañados de un guitarrista, un baterista y hasta dos chavos (se veían más chicos que los demás) que estaban hasta atrás dirigiendo las tornas y los sintetizadores, todos muy guapos. En varias ocasiones Alex Frankel se escapaba del micrófono y explotaba dando tamborazos, lo que prendía mucho al público.
Hubo poco intercambio de palabras por parte de la banda, a excepción del clásico “thank you”. De hecho, los integrantes aprovechaban esos pocos segundos entre canciones para darle tragos a sus copas de Moët que los esperaba a pocos metros de donde estaban parados. No obstante, cada canción era recibida con gritos y saltos por parte del gentío. Los éxitos que no eran cantados por la multitud, eran bailados exhaustivamente.
Entre que el concierto duro poco y que todos estaban muy metidos en sus bailes, el fin llegó muy rápido. Al terminar, el after fue anunciado. Este se llevo a cabo en Nun, un restaurante/bar a dos cuadras del Plaza. Aproximadamente una hora después del fin del concierto se empezaron a escuchar unos gritos en la parte superior del bar. La banda llegó, se instaló en una mesa, y Millhiser y Frankel tomaron las tornas para sacar una sonrisa más, y unos cuantos moves más a la multitud que los había seguido.