Cualquier parecido con la realidad, no es mera coincidencia: Juan Pablo Villalobos

Cualquier parecido con la realidad, no es mera coincidencia: Juan Pablo Villalobos

En medio del ir y venir constante de la FIL Guadalajara, Juan Pablo Villalobos se sentó con Ibero 90.9, para conversar sobre su más reciente libro, el cual es una autoficción, y que culmina la historia de sus libros anteriores No voy a pedirle a nadie que me crea y Peluquería y letras.

El pasado anda atrás de nosotros trata sobre el regreso a su pueblo natal, Lagos de Moreno, para cuidar a sus padres después de haber vivido durante mucho tiempo en Barcelona. El personaje principal, Juan Pablo Villalobos, vive una serie de complicaciones que convierten una estancia temporal en un enredo, que lo lleva a ser acusado de asesinato.

El Pasado anda tras nosotros de Juan Pablo Villalobos

Portada del libro de Juan Pablo Villalobos

La historia pone sobre la mesa la culpa por marcharse, los reproches de los que se quedaron y el golpe que supone regresar y encontrarse con un lugar distinto al que se dejó atrás, antes tranquilo e intrascendente, ahora azotado por la violencia, todo envuelto por una atmósfera insistente de miedo y alerta que acompaña la novela. 

90.9: Esta novela trata del regreso y parece que cuando el protagonista regresa a su natal Lagos de Moreno, tan invadido por la violencia, la figura de Everardo -que fue el bully de su infancia- parece pequeña en comparación con lo que está pasando a su alrededor. 

JPV: Everardo no cree ser un abusador, es un personaje muy antipático… es el villano de la novela y es, además, muy cotidiano. Creo que muchos hemos tenido esa experiencia con una persona que es muy machote, muy agresivo, violento y es alguien que quiere dominar siempre. 

Sobre la violencia, creo que hay una atmósfera amenazante en toda la novela, evidentemente hay una reflexión de algo que me preocupa mucho y que ha sucedido en los últimos años en toda la región de los Altos de Jalisco y en todo el Bajío: esta descomposición social y un clima de inseguridad. Realmente hay gente que vive con miedo y con mucha precaución y en este contexto las violencias que alguien pueda sufrir se redimensionan. Es decir, ¿qué es la violencia del acoso escolar (sin disminuirla) comparada con la violencia del narco? 

90.9: ¿Cómo puede compararse esa violencia con el hecho de que (como nos cuentas en la novela) personas tienen que acomodar su cama para que no sean impactados en la noche por alguna bala perdida? ¿Cómo es cuándo la violencia determina cómo vivimos la vida cotidiana?

JPV: Es una novela que habla mucho del miedo y ahí está la parte más autobiográfica porque yo de niño siempre fui muy miedoso. Me costó adaptarme a la escuela, en parte porque tenía este compañero que era un acosador y en parte porque tenía ciertas inseguridades y esa conciencia del miedo que yo sentía de niño se ha ido desplazado hacia otros ámbitos de mi vida: en la adolescencia tienes miedo al rechazo, después tienes miedo al fracaso, tienes miedo a formar una familia.

La vida puede ser una sucesión de miedos y una cosa es el viaje, la peripecia del protagonista, que son miedos personales y otra cosa son los miedos del contexto, que en este caso son consecuencia de una situación política, social, económica muy concreta que hace que no sólo los miedosos tengan miedo, porque están sujetos a un elemento un tanto aleatorio de la violencia que tiene que ver con la posibilidad paranoica de estar en el lugar equivocado en el momento equivocado.  

90.9: En la novela está muy presente la transformación de la cotidianidad por la inseguridad. Un pueblo que era incluso “aburrido” para el protagonista ahora ha tenido que adaptar sus formas de vida en torno a la violencia que lo azota. 

JPV: La violencia se vuelve, no un tema, sino una atmósfera que determina los hábitos, cambia las costumbres y restringe las libertades. Creo que es algo en lo que no estamos pensando demasiado en México: la restricción de la libertad no porque alguien te diga que no hagas algo sino que tienes miedo de hacerlo porque sabes que puede haber consecuencias y que estas tienen que ver con la inseguridad. 

90.9: ¿Qué diferencias hay entre los cuatro Juan Pablo Villalobos, el de los dos primeros libros de la trilogía, el de esta nueva novela y Juan Pablo el autor? 

Ni siquiera son iguales los de los libros. El hecho de que utilice mi nombre para construir un personaje basado también en algunas circunstancias biográficas que sí coinciden con las mías ni siquiera es coherente de un libro al otro, los tres Juan Pablos son distintos. Hay rasgos que se mantienen, en las tres novelas el tema del miedo sí que está, en las tres novelas hay una cierta torpeza del protagonista para saber reaccionar a las situaciones que se le presentan, pero eso tiene que ver con el mecanismo narrativo de la comedia de enredos.  

En este caso, el planteamiento es que Juan Pablo vuelve por unos días a México a cuidar a sus padres y tiene que cumplir una misión que es muy sencilla y muy cotidiana. Sin embargo, este personaje es tan torpe que intentando hacer esto, se mete en una trama de novela policiaca en la que es acusado de un asesinato y cada vez que intenta resolver un problema tiene tres nuevos. Y esa torpeza está presente en las tres novelas. Yo diría que soy distinto de ese personaje, no creo ser tan torpe… espero. 

Me gusta hacer un planteamiento abierto y dejarme llevar por la escritura, entonces eso hace que mi personaje se vaya transformando y se vaya alejando cada vez más de mi. 

90.9: Y en este libro hablas mucho más de tus hermanos, tus papás y tu familia ¿qué te dijeron ellos cuando lo leyeron y qué te dijo Everardo? 

JPV: Ya no tengo comunicación con Everardo, pero espero que lea el libro. Tampoco me interesa su opinión. 

Sobre mi familia, hay un aspecto muy difícil de gestionar que tiene que ver con el lugar que ocupa en una familia alguien que escribe. Es muy incómoda esa posición, porque hay siempre una especie de culpa de que te estás apropiando de ciertas historias que son anécdotas familiares y que, a veces, utilizas ciertos tonos que vienen de la familia. Y también siempre existe un miedo a ofender a herir a alguien con lo que escribes. Luego me imagino lo que debe ser tener un hermano que escribe. A mí me da horror pensarlo, porque es como una especie de metiche que está faltando al código de que las cosas de la familia se quedan en la familia. 

90.9: Everardo en la novela parece ser una figura para representar el pasado, y Juan Pablo tiene que verlo por alguna razón, hay deudas que tiene que saldar con él. 

JPV: El pasado es algo con lo que nos relacionamos de distintas maneras. Muchas veces con nostalgia o con melancolía y otras como un ajuste de cuentas. Uno cree haber dejado atrás, no sólo a esos personajes como Everardo, sino también ciertas inseguridades, ciertos miedos y, sin embargo, cuando vuelves al lugar de tu pasado descubres que al reconectar con todo ese contexto vuelves a infantilizarte. Algo sucede cuando nos vamos de casa de nuestros padres: nos vamos para poder ser adultos, para dejar de ser hijos. Pero luego vuelves y es entrar de nuevo a la casa de tus padres y ser niño otra vez. Para ellos siempre serás el hijo. 

Quienes hemos tenido la suerte de crecer con nuestros padres, vivimos esa vuelta a casa como una involución, volvemos a ser niños, y eso pasa mucho en la novela que juega con dos tiempos, el presente y el pasado que se confunden entre ellos.  

"México es un centro cultural para Cuba"

"México es un centro cultural para Cuba"

De historias repugnantes y ritmos brasileños, así es The New Sound de Geordie Greep

De historias repugnantes y ritmos brasileños, así es The New Sound de Geordie Greep