El hombre de las mil voces que tocó a varias generaciones: Héctor Martínez Serrano
Este 9 de mayo falleció una de las figuras más emblemáticas de la radiodifusión mexicana: Héctor Martínez Serrano, productor, locutor, programador musical, "rescatista" sonoro, figura criticada y admirada a la vez, profesional de la radio que debe ser tema de estudio en los años por venir para los próximos profesionales de la radio. Desde las filas de Ibero 90.9, un reconocimiento en palabras, que atraviesa a varias generaciones, para “el hombre de las mil voces".
Isaí Alvarado "Zhiamaco" (voluntario en El Extracto):
La partida del señor Martínez Serrano no sólo es triste. Se antoja amarga al paladar al darse dentro de un complicado contexto social en temas de salud y deja un vacío en el corazón de todos aquellos que se vieron influenciados por su labor, así fuera por sus padres o por decisión propia. La hora llegó. Héctor Martínez Serrano tomó por última vez su reloj para indicarle a su equipo que había llegado la hora de partir y la mejor manera de despedirlo, sin duda, es con una ronda de aplausos y gritos de felicidad pidiendo “Otra, Otra”.
Jano Vargas (voluntario en el programa PKJU):
Bastante extraviado en el ostracismo del ruido del dial de la ciudad, pero quien contó con la suerte de escucharlo, aún con su desesperante ritmo sin prisa, se hallaba un postre familiar de sabiduría popular con coloquial elocuencia. Una de las últimas memorias de esa antigua manera de hacer radio que vibra en sepia. Adiós Héctor Martínez Serrano.
Daniel Maldonado, (locutor en el Impala):
Durante tres años de mi vida, pasé mis mañanas peleando con Héctor Martinez Serrano. Claro que él no lo sabía. Yo lo escuchaba de rebote y de colado en el radio de un taxista que entre todos sus hijos, me daba aventón a la Preparatoria 4. Sus comentarios conservadores y su eterno veredicto de culpa a las mujeres de sus desgracias hogareñas, hicieron de mis mañanas una pelea constante con aquel señor de la radio. Después, cuando el taxista no pudo llevarme más, no fueron pocas las veces que yo lo escuché por mi cuenta, era un locutor que propiciaba tal compañía, que aunque fuera para pelear, querías sintonizarlo, Héctor Martinez Serrano sabía hacer radio. QEPD.
Jorge Ceja (coordinador Canal Ibero.2):
Recorrió casi todos los rincones de las casas mexicanas. Digno representante de los locutores de antaño, esos que para muchos son machistas, retrógradas y necios, pero con una cultura general que todos quisiéramos tener a la hora de estar frente a un micrófono.
Aarón Ávila (voluntario en el equipo Editorial Digital):
Buenos días, buenas noches y hasta siempre. La radio, esa radio de antaño con la que crecieron nuestros padres y abuelos, enmudeció, se fue una figura llena de claroscuros y contradicciones, una voz que fue hecha por y para acompañar, porque muchas veces esa es una de las principales funciones de los que hacemos radio, y don Héctor Martínez Serrano seguirá retumbando en nuestros oídos y ahora lo hará en las estrellas. Hasta siempre, gracias por acompañar muchos desvelos.
Osiris González (radioescucha de Ibero 90.9):
Uno de los motivos por lo cual yo siempre escucho la radio, es porque mis papás siempre lo hacían. Había un radio en la cocina, otri en las habitaciones, y otro más radio que era para escuchar mientras te bañabas. En el radio de la cocina siempre estaba la voz de éste Señor, mi papá era quien hacía la comida y siempre estaba la compañía de su voz.
Francisco Hernández Ramos, (guionista y locutor voluntario en Documentales 909):
Ejemplo por antonomasia de la producción profesional de la radio mexicana. Figura anquilosada para las opiniones superficiales de una generación que sufre problemas de atención gracias a la inmediatez de la tecnología. Héctor Martínez Serrano es una figura nostálgica para unos, para otros un oasis de rescate sonoro, para la mayoría de sus fanáticos que seguramente se han quedado huérfanos de voz y sí, de compañía, era un refugio para la soledad. Para los que hacemos la radio, Héctor Martínez Serrano será un caso de estudio y un parámetro difícil de igualar.
