Una banda de nombre bíblico formada por ateos británicos con influencias de los ochenta al estilo de The Stone Roses, Kate Bush y David Bowie ha llegado a ser algo tan normal que es ya parte del paisaje común. Parecería inimaginable encontrarse con la ironía y ambigüedad que representa el tercer álbum de estudio de The Maccabees, Given To The Wild.
A tres años de su último lanzamiento, Wall Of Arms, The Maccabees regresa a la escena inglesa con un álbum que experimenta con géneros musicales, es como si fuera una compilación de cantos bélicos. La banda londinense adopta un estilo de melodía épica y emocional que amerita una comparación con el sonido de sus compatriotas, Coldplay.
The Maccabees se suben al vagón del dream pop: basta con la primera melodía, la que le da nombre al disco, para sumergirse en un mood cósmico y profundo. La voz tranquila de Orlando Weeks susurra melódicamente el nombre del disco, con una tranquilidad casi preocupante, mientras ocasionales risitas de niños interrumpidas por ruido blanco aseguran que éste no será un viaje predecible.
The Maccabees eligieron como productores a los maestros de la electrónica y el dance punk, Tim Goldsworthy y Bruno Ellingham (LCD Soundystem y Massive Attack). Gracias a esto, la banda se arriesgó a añadir elementos electrónicos implementando también un método más relajado que hasta cierto punto suena a una improvisación.
Given To The Wild es un álbum que refleja las posibilidades de transformación, de forma peligrosa y emocionante tanto de la música como de la banda misma. “Glimmer” es un corte que se apega al diseño de la portada del disco a cargo de Andy Goldsworthy, los beats que dan inicio a la canción hacen referencia a un campo quemándose lenta y apasionadamente; tal como una batalla en blanco y negro de los macabeos peleando en el desierto en cámara lenta.
Para entender la intención de The Maccabees en esta producción, es fundamental poner énfasis en “Child” y “Pelican”, cada una con momentos diferentes, pero ciertamente impredecibles: “Child” comienza con una melodía de sintetizador ambiental de ensueño y logra que la canción flote entre riffs pasivos de guitarra y líneas de bajo suaves a cargo de Rupert Jarvis. Es imposible ignorar la gran similitud entre la voz de Chris Martin y Weeks en éste track melancólico.
“So soon we’re to old to carry” es la primera línea de “Pelican”, una canción alegre e intensa, en la que entre notas golpeadas y la entonación vintage de Weeks se pueden apreciar flashbacks a los comienzos de la banda, cuando se inspiraban en la banda de punk revival The Futureheads; irónicamente la canción habla de crecer, de progresar, de transformarse.
Given To The Wild es un álbum con una estructura fuerte, comienza con canciones dulces y predecibles, sin embargo a partir de la tercera “Feel To Follow” se da un giro hacia lo salvaje. The Maccabees se atreven a explorar terrenos desconocidos pero seguros. Este, es un disco visceral y honesto, que demuestra que cualquier banda que se renueve con cada disco merece ser escuchada.