“La gente lo quiere gozar. Traigo el futuro, ya tú sabes que yo tengo calidad.” Poder aplastante en cada track y sonidos que son cada vez menos foráneos dentro de la electrónica. Future Brown trae el futuro musical en la forma de un álbum debut que mezcla sin discriminar: ritmos caribeños, voces roncas abrumadoras y el sintético absoluto de la cultura digital. Aquí todo se vale. Todo menos seguir con lo establecido. Como proyecto y como álbum, Future Brown es algo que vale la pena defender “a capa y espada”. El resultado de la unión de los integrantes de Nguzunguzu, la intensa Fatima Al Qadiri y el misterioso J-Cush, esto suena como una especie de oda a la cultura tropical y asiática, a la demográfica que durante tanto tiempo fue tratada como si fuera de una supuesta “segunda clase”. Future Brown es ecléctico y justo por eso, retrata de forma perfecta un mundo globalizado y además, digitalizado.
Entre letras profundas y un tanto incomprensibles de voces negras como la de Riko Dan en “Speng” e himnos aparentemente #YOLO como el primer sencillo “Wanna Party feat. Tink”, este disco lleva la cultura millennial a un primer plano pero la muestra como lo que es. En realidad no es #YOLO y no es destrucción sin sentido; es un estado mental y social que de hecho resulta muy complejo. Y justo dentro de ese concepto de complejidad está la magia de este debut. Future Brown puede gritar coros como “Don’t you wanna party, put some liquor in your body. Fuck this club, let’s get drunk. Why you talking to me?” sin parecer kitsch como Miley o sonar ridículo como típica canción de antro.
En lo musical, los beats suenan mucho a Nguzunguzu, las voces a J-Cush y mientras, los sintetizadores derraman la esencia de Al Qadiri: derretidos, penetrantes y hasta remitentes a aquellos de su álbum Asiatisch. Un ejemplo perfecto de cómo se escucha este extraño combo es “MVP (feat. 3D Na'Tee and Tim Vocals)”. Y otro track al que vale mucho la pena ponerle atención es “Vernáculo (feat. Maluca)”: una locura con una base de reggaeton grasiento que tiene una letra –igual de sucia– en español. Todo eso unido una rarísima estética visual y a curiosos toques japoneses como líneas de sintetizador y frases estilo “yo soy global, japonés tropical”.
https://www.youtube.com/watch?v=8Bd26K3nGAY
Y ya que estamos en la estética visual, la portada de Future Brown es un cuadrado medio blanco por el que escurre agua con las letras “fb” en negro, con una tipografía similar a la de Facebook. De igual forma, el clip para “Talkin Bandz (feat. Shawnna and DJ Victoriouz)” es un balón mojado de basketball que gira y se mueve por la pantalla sobre un fondo negro. Todo sencillo, todo en corto; como publicidad para redes sociales. Y de hecho, el video de “Veránculo” es como un anuncio en sí… un anuncio de supuestas cremas “Future Brown” modeladas por lo que parecen ser asiáticas, árabes y latinas. En fin, la estética de Future Brown resulta ideal y crítica para un mundo post-moderno plagado de publicidad en forma de pequeños momentos que intentan vender, vender, vender.
Aunque ciertos críticos han desacreditado a Future Brown, el punto es que estos cuatro dementes resultan difíciles de ignorar para el universo de la electrónica. Y a fin de cuentas, un álbum es lo que dice la crítica, lo que dicen los escuchas, pero más que nada, lo que dice el artista que le da vida. Y por eso esta reseña cierra con palabras de la propia Fatima Al Qadiri con respecto al recibimiento de Future Brown.
“Quiero declarar que hay escritores intentando desacreditar el proyecto de Future Brown al proliferar teorías y nociones falsas de naturaleza malévola; que no tienen un ángulo factual. A diferencia de estos escritores, que no han entrevistado a los integrantes de FB en persona, yo no tengo nada que esconder. Los escritores que lanzen una teoría o tesis a nombre de un artista cuando no la hay, crean un ambiente hostil para artistas y escritores que buscan un periodismo creíble, lleno de crítica y datos, buenos o malos.”
El disco físico del extracto lo pueden encontrar en la Roma Records, que se encuentra en Álvaro Obregón 200, Colonia Roma. Para más información visiten su sitio web: laromarecords.com