Por Leo Moreno (@protopeople)
Fotos por Óscar Villanueva y Elizabeth Cacho.
El segundo NANO_MUTEK del año llegó con la presentación del berlinés Steffen Berkhahn a.k.a. Dixon, quien visitó por primera vez la ciudad de México en el marco del festejo del Año Dual Alemania-México. Este show también sirvió para calentar motores rumbo a la 13ª edición de #MUTEKCDMX, que se llevará a cabo del 19 al 23 de octubre. El evento estaba planeado para realizarse en el Foro Normandie al centro de la ciudad, sin embargo, debido a su cierre temporal, el MONO fue el venue elegido. La capacidad del lugar no fue suficiente para la demanda, por esa razón, afuera había una larga fila de personas esperando poder entrar, a pesar de que el interior ya estaba saturado minutos antes del inicio del set del artista alemán. Muchos no lograron entrar al foro.
MUTEK es una plataforma que acostumbra brindar al público la mejor experiencia: excelente curaduría, venues y foros de calidad, pura vanguardia artística. Y aunque lo sucedido respecto al espacio y al acceso la noche del jueves 6 de octubre es criticable, esto no tiene nada que ver con el talento; es ajeno a la música. La visita de Dixon generó altas expectativas en nuestra ciudad, debido a sus sets conocidos como legendarios, razón por la que es considerado uno de los mejores DJs del mundo.
El productor alemán forjó su nombre en la década de los 90s en el circuito de clubes de la escena house de Berlín; lugares donde logró traspasar la barrera en donde muchos productores se quedan: hacer bailar al público durante toda la noche. Sus residencias lo llevaron a perfeccionar el estilo, la técnica, cada vez más hábil y versátil. Noche tras noche, horas de arduo trabajo y búsqueda constante de maneras para mover al espectador en la pista de baile, le dieron la actitud, energía y experiencia necesaria. La sensibilidad para leer al escucha llevó a Dixon tener el status de productor de culto que hoy ostenta, siendo un DJ con precisión en la toma de decisiones sobre el escenario. Como buen alemán, industrioso, la prioridad es el trabajo, el tiempo dedicado a la elección de los sonidos, de la música correcta para el momento adecuado.
A través de los años, Dixon se ha mantenido fiel a su estilo: muy profundo para la escena house y no lo suficientemente fuerte para los techno heads. Pero esta es su idea de la electrónica, la fidelidad a su true self le ha pagado con creces, en carrera y credibilidad. Durante tres horas, Dixon mostró porqué es considerado uno de los mejores, llevó a los asistentes de un mood a otro, con un timing perfecto y suma elegancia. El sistema de audio de MONO fue sobresaliente, los diversos samples de voces dieron un toque orgánico a lo digital, un sentimiento humano que acerca más al escucha con el artista.
Lejos está de sus primeros shows en eventos organizados por Atari Teenage Riot, de su trabajo con Jazzanova, de la escena que lo vio crecer. Dixon se mantiene humilde, discreto mientras viaja por el mundo para colaborar y dejar que la música sea quien piense, mientras el bpm es quien habla.