The Card Counter

A lo largo de su carrera, Paul Schrader se ha dedicado a hacer variables retratos sobre la masculinidad y las consecuencias de los actos violentos, algunos mejor matizados que otros, pero siempre con un cuidadoso énfasis en el estudio del personaje, en cómo se busca un obvio pero muy necesario y contundente camino hacia la redención.

La motivación en sus personajes nunca ha sido un problema para Schrader (quien escribió el clásico Taxi Driver) y eso es más que evidente en The Card Counter, su más reciente película, donde Oscar Isaac interpreta a William “Tell” Tillich, un modesto —pero altamente eficiente— apostador con un muy oscuro pasado, torturando prisioneros para el ejército de Estados Unidos. El protagonista encuentra en Cirk (Tye Sheridan) un objetivo nuevo: ayudarlo a pagar sus deudas para alejarlo de un camino de venganza. No obstante, The Card Counter deja muy claro que la violencia es recursiva, y constantemente regresa por más que uno trate de esconderla.

El Otro Tom

El Otro Tom, realizada a cuatro manos por Laura Santullo y Rodrigo Plá, explora un tipo de infancia particular: la que convive con el TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad). A este se le suman otros temas: los poco transparentes tratamientos institucionales de salud mental, la dificultad de compartimentar burocracia con salud mental, los problemas de criar a niños neuro divergentes en zonas económica y socialmente marginalizadas, entre otros. La destreza no se encuentra sólo detrás de las cámaras (donde Santullo y Plá crearon una contundente historia), sino también delante, con los brillantes talentos de Julia Chávez e Israel Rodríguez en los roles protagónicos, para consolidar una película de tragos amargos y tensiones ejecutadas con precisión.

Nudo Mixteco

Ángeles Cruz, directora, actriz y guionista oriunda de Oaxaca, se ha convertido en una de las voces más poderosas del cine mexicano, durante más de una década. No sólo es por su extraordinario talento sobre el escenario o frente a la cámara, sino por su determinación a ponerse detrás de ésta y contar las historias que otras personas no pueden contar. Nudo Mixteco es una (o más bien tres) de esas historias, enfatizando específicamente aspectos sobre la sexualidad de mujeres en la comunidad que pertenece la directora: la Sierra Mixteca. Nudo Mixteco no es sólo un relato casi nunca visto en la cinematografía nacional, sino que está realizado con manos de muchísimo poder e interpretado por un brutal talento compuesto por Sonia Couoh, Myriam Bravo y Aida López.

La Caja

La Caja comienza y termina con un peso tremendo: una enorme y aparentemente pesada caja de metal, conectada a la paternidad, a la violencia que inunda México y a aquello que jamás podremos volver a sentir cerca de nosotros.

Lorenzo Vigas, ganador del León de Oro en Venecia por su cinta Desde Allá, vuelve con La Caja, tema de los padres (visto también en su segundo largometraje, el documental El Vendedor de Orquídeas), sólo que ahora se ubica México, abordando nuevamente una temática de corte social en el trasfondo injusto y violento de Latinoamérica: los desaparecidos.

La Caja está contada con calma, revelando información a cuentagotas, pero con un impacto importante para los personajes y sus historias. En La Caja, un chico se dirige a una pequeña localidad trabajadora en Chihuahua para recoger los restos de —aparentemente— su padre. No obstante, todo esto cambiará cuando conoce a un hombre, uno que se parece mucho a su papá. Vigas hizo de La Caja algo tan emocionalmente devastador como socialmente relevante.

Como muchos han apuntado, Titane es una bombástica sacudida de perturbación, sangre, psicópatas, autos, gente que tiene sexo con autos y bomberos. Una combinación que sería de nicho y demasiado extraña si no tuviera un resonante núcleo alrededor del rol paternal, las conexiones familiares y la devoción inexplicable que le podemos tener a algunas personas.

Ganadora de la Palma de Oro en el festival de Cannes de 2021, Titane es escandalosa, pero tal vez menos de lo esperado; en realidad lo más impresionante es lo improbable de su existencia: una película así de arriesgada en su visceral estilo body-horror es loada —con lujo de prestigio— como un retrato conmovedor de las relaciones entre padres e hijos. La directora Julia Ducournau prefirió no conceder y, por lo tanto, Titane castiga tanto como enternece, consolidando una inquebrantable película de horror, cariño y aderezada con el más incómodo humor negro.

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