Por Katya García
Este fin de semana el Polyforum Siqueiros presenció uno de los eventos más inspiradores e importantes en cuanto a materia de diseño y creatividad en la Ciudad de México: el Festival OFFF, que contó con personalidades como Lance Wyman (USA), el responsable del icónico diseño de las olimpiadas del 68, Mr. Kone (MX), un emprendedor mexicano que ha aprendido más de una lección en todos sus años de carrera sobre el negocio del diseño.
También estuvieron presentes las mentes creativas detrás de obras como Coraline, ParaNorman y The Boxtrolls de Laika Films, y aprendimos la genialidad que es diseñar una tipografía original y la importancia que hay en no definirse por un “estilo” y estar siempre creciendo.
Vivimos en una época en dónde todo es instantáneo, por esta razón no es común indagar y cuestionarnos la razón y el por qué de las cosas que consumimos, por esto mismo muchas veces no consideramos el trabajo detrás de un “simple” comercial, flyer o espectacular; toda la investigación, pasión y dedicación que hubo detrás de un comercial de 15 segundos.
De los mensajes más importantes que nos podemos llevar del OFFF es siempre seguir creciendo, innovando y diseñando, nunca quedarse en la zona de confort y aceptar que el fracaso y las complicaciones también son parte del proceso artístico y una parte fundamental en el aprendizaje de cualquier creativo.
“Practica ser tonto” fue uno de los mensajes y mantras más significativos de Sawdust, ya que le da una frescura al interminable camino que conlleva cualquier diseñador: no tomarse las cosas tan en serio, jugar con las ideas y darse cuenta que a veces la mejor respuesta es tener un buen sentido del humor.
Fueron dos tardes llenas de pláticas, conferencias y grandes personalidades, podemos apostar que el público aprendió muchísimas cosas y salió inspirado para hacer de la Ciudad de México una con un diseño integral, bien pensado y que puede llegar tan lejos como se lo proponga.
Dos tardes llenas de inspiración, historias, aprendizajes y mensajes para los creativos de la CDMX y lo único que nos queda por hacer es practicar ser estúpidos y seguir haciendo cosas.