Por Ricardo Marín (@reecardough) ¿Qué mosquito les picó a los franceses que parecen estar hechos para realizar música electrónica de a montón? ¿Es lo chic? ¿La elegancia preponderante? ¿La necesidad de innovación? El pasado sirve de prueba. Pierre Schaeffer fue el creador de la música concreta en los 40's, la cual consistía en tomar sonidos del paisaje sonoro que rodeaba a los humanos y así realizar producciones musicales. O sea, música sin instrumentos musicales, sino con grabaciones y sonidos del ambiente. Si bien la carga intelectual es mucho más profunda, hay una noción de innovar por parte de los músicos de franceses.
La escena moderna en el ámbito digital se ve plagada de figuras europeas y, específicamente, francesas. Daft Punk, Air o M83 son sólo algunos nombres de una lista grandísima. De entre ellos hay una figura pequeña y un poco menospreciada, su voz y estilo recuerdan a los 80 pero su ethos claramente evoca a la modernidad. Su porte es inocente pero, en ocasiones, su música no contiene nada de inocente. Birkii es exponente de una combinación atípica.
Birkii realiza música desde la comodidad independiente y sin muchas presiones de la industria musical. Esto ayuda a que sus creaciones se sientan legítimamente sinceras y naturales, a diferencia de otros contemporáneos del pop. Su popularidad comenzó con la canción “Shade of Doubt”, una agridulce progresión de sentimientos con sonoridades synthpop.
Sin embargo, Birkii no se atañe exclusivamente a las convenciones del synthpop. Su último mixtape What I Like es la prueba de fuego y su primera producción en el mundo musical- a pesar de que ha contado con varios otros sencillos-. What I Like tiene un comienzo dudoso, pues se escucha algo parecido a Grimes tanto en sus modulaciones vocales como en sus efectos. Pero esto es sólo el comienzo.
Después de la primera canción, y cuando entra el corte homónimo, la potencialidad creativa de esta chica francesa comienza a aflorar. La producción no incluye un tracklist, lo cual hace la segmentación de éste mucho más interesante, pues sólo se puede realizar a través de los sonidos y estilos emanados en sus 34 minutos de duración. Suponiendo que la segunda canción se titula “What I Like”, pues dichas palabras son constantemente repetidas a lo largo de ésta, aquí se distingue un ambiente digno de cualquier artista firmado con Warp Records: son texturas electrónicas no sólo pegajosas, sino finas y producidas con sumo cuidadao.
A lo largo de What I Like se pueden distinguir un poco de seapunk, house, trance y hasta hip-hop, todos balanceados en un perfecto equilibrio digital. Del mismo modo, vale la pena resaltar las colaboraciones realizadas, entre las cuales se incluyen a Charli XCX, Blood Diamonds, Benzel, Duke Dumont entre otros. Si bien no son nombres titánicos o siquiera franceses, estas colaboraciones adornan las obras de Birkii que, más que cualquier cosa, están llenas de humildad.
Birkii y What I Like son obvios herederos del legado francés dejado por los grandes. Desde Michel Chion hasta Modjo, desde Pierre Schaeffer hasta Daft Punk. Ya sea de academia o de transgresores, Birkii toma las influencias y las introduce a una licuadora multicultural para así crear una amalgama sonora, cuyo origen y continuidad son complejos, pero su disfrute es inmenso.