Entrevista: Gilles Lipovetsky el vacío de la hipermodernidad

¿Qué es la Posmodernidad? Más aún, ¿cuándo se terminó la modernidad? A la fecha, ni los propios posmodernos han podido dar una definición lo suficientemente consistente del término. La crítica señala que sus planteamientos tienen un sustento epistemológico endeble. Jean Francois Lyotard, autor de La Condición Posmoderna, considera que la principal característica de esta época es que los metarrelatos han llegado a su fin.  

El prefijo meta significa “más allá”; y, relato se refiere a una narrativa, es decir, a una historia. El metarrelato o metanarrativa será, por tanto, una historia más allá de la historia. De manera esquemática se trata de discursos totalizantes y multiabarcadores en los que se asume la comprensión de hechos de carácter histórico y social de forma absolutista. El objetivo de los mismos es (o era, si consideramos que han sido revasados) dar, al menos, una explicación lógica y coherente o solucionar el problema de la contingencia inherente a la actividad humana.

Él y quienes secundan esta corriente de pensamiento, a saber: Zygmunt Bauman, Jean Baudrillard, Iván Illich, Gianni Vattimo y Gilles Lipovetsky, coinciden en que los ideales de la modernidad han demostrado su inutilidad. Fracasó la renovación radical de las formas tradicionales en el arte, la cultura, el pensamiento y la vida social en su intento de lograr la emancipación de la humanidad. Además, consideran que un proyecto semejante es imposible o inalcanzable en las condiciones actuales.

El sociólogo y filósofo Gilles Lipovetsky (París, 1944)  lleva el asunto más allá y postula que, incluso, la posmodernidad ha sido superada pues vivimos en la hipermodernidad.

“En la visión histórica de Lipovetsky, la primera revolución moderna se estructura bajo los paradigmas de la autonomía individual, los derechos humanos, los principios de mercado y la dinámica del progreso tecnocientífico. Todo cambia desde la década del 60.

La posmodernidad nombra un momento donde el Estado retrocede, la religión y la familia se privatizan y la sociedad de mercado se impone: se trata de una segunda modernidad, caracterizada por lo precario, lo efímero y una temporalidad social inédita donde se consagra el carpe diem. Hacia finales de los 80, el fin de la Guerra Fría, la globalización y el estado de conflicto permanente, crispan la celebración hedonista, e inauguran así un nuevo momento de la modernidad triunfante: la hipermodernidad”.

Carlos Egaña, "Las raíces de la forma".

Lipovetsky considera que una consecuencia lógica de la hipermodernidad es el hiperindividualismo. Un ser centrado en el consumo. Su sentido del deber, su pasión política y, en general, su autoreflexión, son eclipsadas por la seducción y el pragmatismo. El fácil acceso a los medios masivos de información y su constante exposición a una excesiva cantidad de contenidos hacen de él un hiperconsumidor sobreinformado, que paradójicamente lo vuelven un ser ensimismado y hedonista que flota ligero en una era del vacío.  

En De la ligereza (2016), su más reciente libro publicado por la Editorial Anagrama señala que: 

Actualmente vivimos una enorme revolución del mundo material en la que las técnicas y los mercados reflejan mucho más allá de las lógicas de lo ligero que las de lo pesado. Y esta dinámica va acompañada de una revolución simbólica en la que lo ligero, subestimado y menospreciado durante mucho tiempo, se carga de valor positivo.

La ligereza ya no se asocia con el vicio, sino con la movilidad, con lo virtual, con el respeto por entorno. Vivimos en la época del desquite de lo ligero, un ligero admirado, deseado, conquistador de sueños, portador de grandísimas promesas pero también de terribles amenazas"    

El pasado lunes 22 de agosto del 2016, Tamara Turcott y Beatriz Creel entrevistaron a Lipovetsky en Fuck ArtEscucha la conversación completa a continuación:

[Fotos: Nito Wong]

Gene Wilder: El actor que cautivó a una generación

Los 5 videos destacados de agosto para concluir el Verano